“Si yo pude, tú también puedes”, dice Anna Fortunato, quien se ha convertido en un ejemplo de fuerza y convicción ante la pandemia del coronavirus.
El coronavirus ha significado que el sistema político, social y económico esté puesto a prueba y el número de infectados y muertos aumenta con el correr de los días.
Todo ocurre mientras la mayoría de la población mundial está encerrada en sus casas intentando mantener a raya los niveles de ansiedad y angustia, que se disparan con este ambiente de incertidumbre e catástrofe
También está el temor de contagiarse sin necesidad de estar en el grupo de riesgo, ya que se ha visto que el virus no discrimina por edad, situación social o nacionalidad.
Ante un escenario tan devastador y sombrío, una anciana de 90 años viene a entregar un mensaje de esperanza y optimismo, asegurando que “sí se puede”.
Se trata de Anna Fortunato, una mujer de 90 años residente de Long Island que estuvo hospitalizada por casi dos semanas luego de presentar síntomas y dar positivo de COVID-19 a mediados de marzo.
“Me duele la garganta, pero es un resfriado”, le dijo a su hija Teresa Gund días antes de ser llevada a un hospital, según señala AP.
Con los días comenzó a recuperarse y luego de 13 días hospitalizada fue dada de alta. “Seguir luchando, tener una actitud positiva y orar”, dice cuando se le pregunta cómo venció al virus que hasta la fecha ha costado la vida de más de 83 mil personas en todo el mundo.
“Y levantarse de la cama. No te quedes en la cama todo el día… Y quiero decirles: ‘Si yo pude, tú también puedes’”, dice la mujer.
“En el hospital dijeron que era un milagro”, dice esta hija de inmigrantes italianos. “Quizás lo fue. Pero trabajé para ello, déjame decirte”, agregó.
La mujer, que se ha convertido en una luz de esperanza ante la crisis que se está viviendo, tiene un mensaje para todos: “No temas. No te desesperes”.