Por sus propiedades, los expertos recomiendan el consumo de 3 a 4 raciones a la semana.
El consumo de huevos en la dieta siempre ha sido un tema de discusión. De hecho, durante años se recomendó limitar este alimento por su alto contenido en colesterol, como medida de prevención cardiovascular. Pero la evidencia científica más reciente sugiere que el colesterol dietético tiene menor repercusión de lo que se creía, mientras que son los alimentos ricos en grasas saturadas y trans, sobre todo de productos procesados, los que se relacionan de forma más directa con el aumento en el nivel de colesterol en la sangre.
Dos grandes estudios evidenciaron que hasta un huevo al día no está asociado con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en personas sanas. Es más, la guía de alimentación saludable elaborada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria recomienda el consumo de 3 a 4 raciones a la semana, siendo una ración equivalente a 1-2 huevos.
Sin embargo, se debe tener en cuenta el consumo de los huevos en el contexto de la dieta y no de manera aislada, pues no es lo mismo comer un huevo revuelto acompañado de una ensalada, que un huevo frito con chorizo y papas. Y es que el huevo es un alimento altamente nutritivo que destaca por la cantidad y calidad de sus proteínas, publica La Vanguardia.
También contiene grasas monoinsaturadas y vitaminas A, D, E y del grupo B, minerales y otros elementos de interés como antioxidantes, luteína, zeaxantina y colina. No es de extrañar que en tiempos de escasez se reservaran para las personas que más lo necesitaban (niños, ancianos, enfermos, embarazadas, etc.) porque, aún hoy, añadir una clara o un huevo entero a un caldo, crema o puré es aconsejable para aquellas personas débiles o enfermas que estén comiendo poco.
Además de su calidad nutricional, y de ser un producto bastante asequible para el bolsillo, es muy versátil en la cocina, con interesantes propiedades tecnológicas (coagulante, espumante y emulsificante), muy sabroso y con infinidad de aplicaciones culinarias: en tortilla, flanes salados y dulces, crepes, cremas, cocidos, escalfados, fritos, revueltos o a la plancha.