«Antes de esta crisis, en Chile 600 mil personas estaban en situación de hambre, pero no llamaba la atención… Era por problemas de desigualdad», aclara Eve Crowley.
Ante la denuncia de que habría personas intentando estafar a los vecinos pidiendo dinero a cambio de las cajas de alimentos, el alcalde de Estación Central aclaró que las cajas son gratuitas, las entrega la municipalidad y a la puerta de la casa.
Los últimos en sumarse a la campaña fueron las comunas de La Reina, La Florida, Ñuñoa y Macul, y también la región de Los Lagos. En total son 33 comunas de la región Metropolitana y 5 otras regiones las que están recibiendo canastas.
En esta línea, el senador Guido Girardi urgió que se apruebe el proyecto de ley que prohíbe el desperdicio de alimentos, y pidió que se patrocine una “tarjeta verde” que serviría para la compra subsidiada de comida saludable.
En Palabra Que Es Noticia conversamos sobre esto con Eve Crowley, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Consultada sobre la campaña «Alimentos para Chile», responde: “No puedo decir que es una mala política, porque no lo es”. Pero apunta que “es importante empezar a pensar en otros tipos de apoyo. Una transferencia de efectivo es una medida muy importante y preferida de asistencia en situaciones de emergencia, porque permite a los beneficiarios elegir por sí mismos”.
“Hay mucha experiencia que muestra que una transferencia en efectivo como parte de un sistema de protección social permite aumentar la seguridad alimentaria, la producción agrícola, la adopción de mejores prácticas agrícolas y evitar riesgos como el trabajo infantil”. Además activa “las economías locales”, porque la gente compra en pequeños negocios cerca de su casa, según agregó Crowley.
Advirtió: “Estamos ad portas de una crisis alimentaria en Chile y Latinoamérica. En Chile no hay problemas de abastecimiento, pero en otros países de Latinoamérica sí. El problema es que las personas pobres asociadas a desigualdades fuertes en este país no pueden comprar alimentos. Los trabajadores informales, inmigrantes y adultos mayores, personas que ya estaban en pobreza, no tienen los ingresos para comprar”.
Aclara que «antes de esta crisis, en Chile 600 mil personas estaban en situación de hambre, pero no llamaba la atención. Era por problemas de desigualdad”. “Que un niño tenga problemas de hambre no es sólo de ahora, es un problema de múltiples generaciones, porque afecta su desarrollo mental e intelectual, físico, y su contribución a la sociedad”, remató.