Las autoridades de ese país están evaluando conceder a las parejas un “periodo de reflexión de 30 días”, antes de que tomen la decisión definitiva.
El confinamiento por la pandemia del coronavirus ha provocado que las personas presenten altos niveles de estrés, ansiedad y angustia. En el contexto de cuarentena es inevitable que las parejas tengan desencuentros, propios del encierro obligatorio.
Esto hace temer que tras el fin de la cuarentena, los divorcios se eleven, como ha ocurrido en China, donde miles de personas han decidido separarse tras el confinamiento.
Una muestra de ello son las 300 demandas de divorcio en solo 3 semanas que registró Dazhou, en el sudoeste del país, tras decretarse el fin del confinamiento.
Para evitar una ola de divorcios, las autoridades chinas están evaluando conceder a las parejas un “periodo de reflexión de 30 días”, antes de tomar la decisión definitiva, según señala Global Times.
Esto porque están conscientes de que las diferencias y roces que se pueden dar en la pareja, está condicionado al ambiente anómalo de la cuarentena.
“En nuestras prácticas judiciales notamos que existe un tipo de divorcios impulsivos. Aprobar estos divorcios no solo rompería las relaciones matrimoniales, sino que también causaría un impacto en el cuidado y el apoyo de los niños y las personas mayores”, señala Wang Dan del Tribunal popular supremo de Pekín.
La iniciativa consiste en crear un nuevo Código Civil, la que se revisará esta semana y que contempla una espera de un mes antes de que las solicitudes sean aprobadas. El objetivo es que las personas reflexionen y tomen la decisión con la cabeza fría y no con el calor del momento actual.