Una investigación revela que un choque entre la Vía Láctea y la galaxia Sagitario podrían haber originado el Sol.
Es posible que debamos nuestra existencia a una colisión galáctica. Es que según un nuevo estudio, la formación del Sol, el Sistema Solar y la posterior aparición de la vida en la Tierra pueden ser consecuencia de un choque entre nuestra galaxia, la Vía Láctea, y una galaxia más pequeña llamada Sagitario.
De acuerdo a un estudio de la Agencia Espacial Europea (ESA), la galaxia Sagitario, descubierta en 1990, podría ejercer un efecto sobre la Vía Láctea muy superior al analizado hasta entonces, y además señala que las ondas causadas por las colisiones parecen haber desencadenado episodios importantes, uno de los cuales coincidió con el momento de la formación del Sol, hace unos 4.700 millones de años.
«Se sabe, por los modelos existentes, que Sagitario colisionó con la Vía Láctea en tres ocasiones: primero hace unos cinco o seis mil millones de años, luego hace unos dos mil millones de años y finalmente hace mil millones de años», detalló Tomás Ruiz-Lara, investigador en Astrofísica en el Instituto de Astrofísica de Canarias, España, y autor principal del nuevo estudio publicado en Nature Astronomy.
Cuando analizaron los datos de Gaia -un telescopio de mapeo estelar lanzado sobre la Vía Láctea-, encontraron tres períodos de mayor formación estelar «que alcanzaron su punto máximo hace 5.700 millones de años, 1.900 millones de años y mil millones de años atrás, lo que corresponde al momento en que se cree que Sagitario pasó el disco de la Vía Láctea «, explicó el científico.
De esta forma, cada colisión despojó a Sagitario de algunos de sus gases y polvo, haciéndolo cada vez más pequeña y provocando concentraciones que desencadenarían en la formación de nuevas estrellas. Además, revelan que según el hallazgo, actualmente Sagitario está cerca de la Vía Láctea y han encontrado un reciente estallido de formación de estrellas, lo que sugiere una posible nueva ola de nacimiento estelar en curso, recoge 20 Minutos.
El estudio señala que es posible que el Sol y sus planetas no se hubieran creado nunca de no ser porque Sagitario se quedó atrapado por la atracción gravitacioinal de la Vía Láctea, rompiéndose al final a través de su disco.