Los fieles que fueron inoculados ahora sufren peligrosos efectos secundarios, como problemas cardíacos e intensas diarreas.
En el departamento peruano de Loreto, en plena Amazonía, un alcalde y un grupo evangélico creyeron encontrar la «salvación» contra el coronavirus. No se les ocurrió nada mejor que inyectar una vacuna antiparasitaria de animales a los fieles del pueblo.
Ocurrió en Nauta, donde se hizo una campaña para vacunar a la gente con ivermectina. Se trata de un medicamento antiparasitario utilizado para la ceguera de los ríos, la filariasis linfática, enfermedades tropicales, y tiene un efecto antiviral contra el dengue y la fiebre amarilla. Inicialmente fue comercializada para uso veterinario en bovinos, equinos, cerdos y perros, y se convirtió en el estándar para el control de la sarna.
Se estima que ya van 5.000 inyectados con este antiparasitario: «Desde mayo, el alcalde de la provincia de Loreto y una alianza evangélica han convocado, usando las emisoras de radio, a las personas para que les apliquen ivermectina veterinaria como si fuera una vacuna contra la enfermedad. En Nauta, al menos 5.000 personas la han recibido», aseguró Leonardo Tello, director de Radio Ucamara, la principal emisora de la ciudad.
Los evangélicos ofrecían la vacuna como una «salvación» a la pandemia, pero por el contrario ha generado peligrosos efectos secundarios como problemas cardiacos e intensas diarreas, recoge El País.
Ante el hecho, el gobierno central peruano emitió un contundente mensaje por el uso de ivermectina veterinaria o cualquier otro medicamento veterinario ante la pandemia: los productos para animales «no cumplen las mismas exigencias de los fármacos para humanos (…) No deben usarse presentaciones de ivermectina formuladas para animales como sustituto de ivermectina destinada al uso en humanos a fin de tratar el Covid-19«, emitió la Dirección General de Medicamentos del Ministerio de Salud peruano.