Se recomienda que la transición hacia la «nueva normalidad» se guíe por los principios de la salud pública.
En varios países de Europa están tratando de avanzar hacia la «nueva normalidad», luego del descenso en los casos de contagiados por coronavirus. Sin embargo, desde la Organización Mundial de la Salud advierten que una segunda ola de la enfermedad podría ser «extremadamente destructiva», por lo que se recomienda cautela.
El director regional de la OMS para Europa, Hans Henri P. Kluge, dijo que esta transición debiese guiarse por los principios de salud pública, ya que aunque los casos semanales se han reducido casi a la mitad desde abril, el riesgo sigue siendo «muy alto».
En este sentido, el dirigente de la OMS recordó que algunos países, como por ejemplo Rusia o Ucrania, están experimentando una estabilización constante, o incluso una disminución, de los contagios, si bien otros han experimentado un ligero incremento durante el ajuste de algunas medidas de salud pública aprobadas para contener la progresión del virus.
«Hay que hacer la transición de forma gradual y con cuidado. Una segunda ola no es inevitable, si bien a medida que los países relajan las restricciones, existe una clara amenaza de que vuelvan a aumentar las infecciones», aseguró.
El representante alertó que el mundo y, en concreto Europa, «no está mejor» que a principios de año cuando comenzó la pandemia, puesto que todavía no existe una vacuna o un tratamiento específico para el Covid-19. No obstante, Kluge reconoció que se ha aprendido «mucho» de la primera ola, por lo que en el caso en el que ocurra una segunda los países estarán «mejor preparados».
También puso como ejemplo Asia, donde se están observando un aumento de los casos de contagio cada vez que se baja la atención sobre el virus o se alivian los controles para contenerlo. «Por este motivo, el monitoreo en tiempo real de la epidemia es crucial para poder reaccionar rápidamente», enfatizó, para reiterar que el coronavirus va a estar presente durante «mucho tiempo» o, al menos, hasta que no haya una vacuna segura o tratamientos efectivos, recoge La Vanguardia.
Por supuesto, esto debiese tomarse en cuenta en nuestra región, donde todavía estamos sufriendo los efectos de la primera ola de la enfermedad, y así evitar un número mayor de muertes a las que ya se han producido.