“Como consecuencia de la reducción de la pobreza asoma una clase media que es precaria, vulnerable y el Estado no tiene empatía sus necesidades”, indica el ex ministro de Hacienda.
Gastar lo ahorrado y el rol que debería tener el estado en las medidas económicas han sido dos puntos en los que políticos y economistas han hecho hincapié.
El ex ministro de Hacienda Andrés Velasco dice que “los ahorros son para emergencias, y esta es la madre de todas las emergencias”. El ex titular de la misma cartera, Felipe Larraín, hizo un llamado a “no minimizar el tamaño del esfuerzo fiscal”, y presentó un plan económico de 8 mil millones de dólares.
Y hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con el ex ministro de Hacienda y actual investigador del Cieplan, Manuel Marfán. De entrada asegura que “el déficit fiscal de este año va a estar en torno a un 10% del PIB”, y critica que “los anuncios se hacen y luego se empieza a estudiar cómo hacer lo anunciado”.
“Ha habido lentitud, y obviamente cuando tiene que ver con la alimentación de las personas eso no puede esperar. Pero en términos generales ha estado relativamente bien abordada esta etapa”, agrega.
Cuenta que, respecto de Europa, “estamos dos meses desfasados”. Eso sería una ventaja según Marfán, ya que “una vez que se llegue a la meseta –sin, por ningún motivo, relajar las medidas- hay que pensar en la reactivación. Y reactivar es caro, entonces el punto está en que los recursos para poderlo hacer van a tener que salir en parte de ir desmantelando muchas de las medidas que se han tomado para contener”, dice la ex autoridad económica.
“Una vez que se reactive, si es que hay éxito, va a ser importante saber cómo se abordan los temas estructurales de la economía chilena: el estallido social, la constitución, etc”, precisa.
Para Marfán, “existe una noción bastante provinciana del estado en Chile. No se ha puesto al día respecto de lo que se discute en el mundo, y Santiago es el más provinciano de todos”.
Y es crítico respecto de las medidas que se han tomado para apoyar a la clase media: “Como consecuencia de la reducción de la pobreza asoma una clase media que es precaria, vulnerable y que el Estado no tiene empatía sus necesidades. Ellos son los que protestan, copan las calles y sienten insatisfacción”.
“Chile no tiene una estrategia para enfrentar estos temas (los problemas de la clase media). La concertación hizo el trabajo que tenía que hacer con mucho éxito, pero no se renovó para enfrentar esta nueva agenda que es muy distinta a la de combatir la pobreza”, remató.