“¿Cómo se le explica al paciente haitiano que está enfermo? ¿Dónde se marca la frontera entre estar enfermo para la cultura chilena y la haitiana?”, reflexiona el magíster en Salud Pública, Emmanuel Mompoint.
Cientos de inmigrantes llevan casi un mes acampando en la calle pidiendo volver a su país, pero una gran porción de ellos sigue viviendo está pandemia en Chile.
Y lo hacen muchas veces en condiciones deplorables, de hacinamiento y sujetos a un fuerte racismo. De hecho, sociólogos aseguran que “hay una percepción de la población migrante como si fueran grupos de segunda categoría”.
A todos estos problemas, la población haitiana -una de las principales migraciones que recibe nuestro país- debe sumar la barrera del idioma, porque no necesariamente toda la información sobre el coronavirus se les transmite en creole.
Sobre este asunto en Palabra Que Es Noticia conversamos hoy con Emmanuel Mompoint de la agrupación de médicos haitianos, ex colaborador de la ONU y magíster en Salud Pública. “No quiero hablar de la migración como si fuéramos un grupo compacto y homogéneo”, parte diciendo. “Pero los datos están: el último censo dice que un 86% aproximadamente de los inmigrantes haitianos viven en la Región Metropolitana”, indica.
Continúa: “El hacinamiento, la pobreza, exclusión social y una discriminación que muchas veces roza el racismo, nos ubica en una posición de vulnerabilidad. Esto, ante una pandemia tan agresiva, es un indicador que nos juega muy en contra”.
Sobre la barrera idiomática que enfrenta su comunidad, y que en esta pandemia se hace crítica, el ex asesor de la ONU asegura que “la palabra infectado tiene una carga muy negativa. Cómo se le explica al paciente haitiano que está enfermo, dónde se marca la frontera entre estar enfermo para la cultura chilena y para la cultura haitiana”.
Según Mompoint, “es difícil que las personas puedan acatar las recomendaciones de las autoridades, los determinantes sociales son muy importantes en cuanto a las medidas y resultados que se ven en salud. Eso explica por qué las últimas semanas la enfermedad se ha propagado, porque llega a la periferia, afecta a los grupos más vulnerables y a gente que se ve completamente desarmada para enfrentar al coronavirus”.
“En tiempos de crisis en todos los países los primeros afectados son las personas vulnerables, y si tienen poco capital social y poco capital político –como suele pasar con los migrantes-, no les queda más que devolverse a su país. Se quedan sin empleo, y son personas en su gran mayoría son personas que viven en condiciones de precariedad y trabajando en la informalidad con sueldos que no da para vivir con dignidad”, remata el médico.