El bajista recordó que en 1964 The Beatles se negó a dar un concierto en Estados Unidos por la segregación racial y desde ese momento fue una condición en sus contratos, y lamenta que casi 60 años después aún exista gente con esa mentalidad.
Paul McCartney se unió al rechazo mundial que generó la muerte de George Floyd, asesinado por un policía en Minnesota, un hecho que llevó a miles de personas a manifestarse en contra.
En una publicacion en sus redes sociales, el músico británico pidió justicia para la familia de Floyd y para todos aquellos que «murieron y sufrieron» por la brutalidad policial en cualquier lugar del planeta, animando a sus seguidores a educarse a sí mismos acerca del racismo y a apoyar a organizaciones asociadas al movimiento «Black Lives Matter».
Sir Paul comenzó: «Mientras continuamos viendo las protestas y manifestaciones por todo el mundo, sé que muchos de nosotros queremos saber qué podemos hacer para ayudar. No tenemos las respuestas y no hay una forma rápida de repararlo, pero necesitamos un cambio. Necesitamos trabajar todos juntos para superar cualquier tipo de racismo. Debemos aprender más, escuchar más, hablar más, educarnos y, por encima de todo, actuar».
Sobre esa actuación, recordó que en 1964 The Beatles se vio ante la situación de cantar en Jacksonville (Louisiana, Estados Unidos) ante un público segregado racialmente por la organización: «Nos pareció mal, así que dijimos: ‘No vamos a hacer esto‘. Y el concierto que dimos fue el primero sin una audiencia segregada. Luego nos aseguramos de que esa condición estuviera en nuestro contrato. Nos parecía de sentido común».
Molesto porque el racismo siga presente aún sesenta años después, Paul McCartney calificó la muerte de George Floyd de un «sinsentido debido al racismo policial», y finalizó: «Todos aquí apoyamos y estamos del lado de todos aquellos que están protestando y alzando sus voces en este momento. No decir nada no es una opción».