Esta semana, Rolando Ramos dedica su espacio a un verdadero clásico del metal de la primera ola del black metal.
El metal es una fantasía de poder. El punk es una fantasía de lucha contra el poder. Dos vías de escape irreconciliables, cuando tienes la cabeza demasiado metida en el culo de alguna de ellas, pero que como hijas bastardas del rocanrol siempre han corrido paralelas en su búsqueda de su propio desahogo y necesidad de causar estragos en los oídos y mente de quien se ha abanderado por alguna de estos géneros del rock
En el principio fue Motorhead: ninguna banda antes había sido aplaudida de manera tan unánime por los seguidores del punk y el metal. Mientras los punks se reconocían en la velocidad y la furia (y en la ausencia de alardes vocales y de mallas de colores), los Metaleros se veían reflejados en la pesadez de su sonido y en una propuesta de imagen , obra en su mayoría del artista Joe Petagno, que encajaban perfectamente con la imaginería de Iron Maiden y Judas Priest. El cañero de Lemmy Kilmister inspirará por tanto a grupos de ambos estilos, a punks que radicalizaron su discurso al mismo tiempo que su sonido (como los a su vez muy influyentes Discharge), y a metaleros que reconstruirán piedra a piedra el infierno en la tierra. Así se levantaría la primera ola del black metal. Pero sin duda una de las bandas inglesas que logró hacer del espectáculo una cuestión mefistofélica fue Venom , nuestros invitados a este Rock and Rolo On Demand.
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