La cinta relata la historia del thrash metal en el «Bay Area» de San Francisco y por fin sale de la historia tradicional. El origen de la palabra «poser», imperdible material de archivo y el merecido lugar a figuras como Kirk Hammett, Paul Baloff y a los mismos Exodus en un imperdible registro que explica el porque nos gusta tanto esta música, incluso en Sudamérica.
Por Diego Puebla
Contar la historia del metal y en particular del thrash, es una tarea bastante difícil por sus distintos contextos. Los documentales del género suelen ser tomados desde la vereda del fan, sin entregar la mirada sociológica, del músico en aquel entonces y de los reales protagonistas que vivieron un fenómeno que se expandió alrededor del mundo.
En este caso, un tipo de sonido influenció a todo el orbe inventando su propia cosmovisión, y replicando, sin querer, este fenómeno en líneas musicales y de la experiencia de vivir un movimiento musical que te marca en tu desarrollo personal, profesional e incluso, político.
Este fue el caso de los peculiares e irreplicables años ochentas, que en sus inicios mostraba en las radios y en su poder mediático, música disco y dentro de lo más pesado, un glam que no satisfacía las necesidades de un público pasional, violento, con rabia y en su gran mayoría, de los suburbios de Estados Unidos.
Un pequeño Lars Ulrich que se mudó a San Francisco, probablemente el de mejor situación económica, formó Metallica para abrir este portal que nunca se pudo volver a cerrar. En su compañía, otras bandas comenzaban a emerger con un estilo musical pesado, rápido y con tocatas que podrían destruir un local entero.
¿Influencias? El cruce entre el New Wave of British Heavy Metal y el punk remecieron las cabezas de unos jóvenes con intereses musicales y desordenes de conducta, que de la mano de un relato de una hora y media, inculca y le da valor a Exodus como precursor, además del muchas veces mencionado Metallica.
La creación de los fanzine (revistas de bandas hechas a mano) por la falta de tecnología, las grabaciones a pulso que siguen siendo demostradas por los antiguos seguidores como trofeos con sus logos de bandas impresos a lápiz, afiches dibujados, disqueras que congregaban chascones simplemente para hablar de música es la forma perfecta del mano de un buen relato, impecable material de archivo y graciosas animaciones, ayudan a rememorar a los que vivieron esa época y a entender a las nuevas generaciones, de donde vienen los cimientos para uno de los géneros más fructíferos dentro del rock pesado.
Luego de tanta destrucción, riffs y velocidad hay un aspecto central que entrega a «Murder in the Front Row» un elemento diferenciador, la emotividad. Los homenajes a Cliff Burton son y seguirán marcando pauta en cada material metalero, pero un componente importante era la voz de Exodus, que también tiene una sentida veneración por su importancia dentro de la vanguardia y de la escena. Se suma a una mujer de elevada edad, que pudo observar las carencias de los rebeldes jóvenes dentro de cada músico o del exceso y fanatismo imperante.
Dirigido por Adam Dubin, encargado de co-dirigir los videoclips «No Sleep till Brooklyn» y «(You Gotta) Fight for Your Right (To Party!)» de Beastie Boys, además de los documentales asociados de Metallica, entrega con este documental condimentos diferentes a otros de su estilo.
Con los testimonios de Dave Mustaine, todos los miembros de Metallica, Tom Araya, Gary Holt, Chuck Billy, y más de 40 músicos, fanáticos, familiares de Cliff Burton y mucho más, entrega justicia al realizar un reportaje serio (bueno, no tanto), pero con la claridad y profundidad que cada personaje permite desde la vereda del ser humano, sacando esta «chapa» burda del rockstar y los transporta a como eran hace 40 años atrás.
Un material imperdible para los amantes de estas sonoridades y que sin lugar a dudas, agrega un componente esencial desde la valoración de músicos y bandas vilipendiadas por la gallada.
Lo fundamental de Exodus en la historia, la influencia de Kirk Hammett en la forma de tocar y en ser de los próceres del estilo, sumemos el núcleo de amistad entre ellos y la justificación del cariño para el ingreso de Paul Bostaph y Gary Holt a Slayer o de Robert Trujillo a Metallica, además de ser estos últimos los causantes de demostrar que el thrash metal de esa zona, era del gusto de seguidores de todas partes del mundo, influyendo hasta en nuestro querido Chile.
¿Fuiste thrasher o lo eres? «Murder in the Front Row» hizo «justicia para todos» como dice el cuarto álbum de los más exitosos de esta época. Partiendo por ti, por mi y por todos los que pertenecieron a una escena que logró ser atemporal, sin fronteras pero que además no tiene la importancia suficiente en la historia de la música popular, pero ¿qué importa? La valoración se la entrega cada uno de los amantes de ella. Un emotivo, excitante y completo material que está disponible en Amazon Prime.
¿El título del documental? Pertenece a una canción de un disco fundamental de esta época, si no la conoces, te dejamos un mensaje enviado por Kirk Hammett al comienzo del trailer de este extraordinario documental.