El co-creador de la serie confirma que mantuvo una severa y larga disputa con ABC para que la producción no se alargase demasiado y tuviese coherencia con la idea original.
«Lost» es considerada una de las mejores series de la historia, y uno de los momentos claves que dieron como resultado una nueva edad de oro en la televisión de ficción. Sus creadores han estado hablando de cómo fue hacerla, producirla o guionizarla, y en los últimos años han intentado esquivar la bala de la continuación o el reinicio. Ahora es Damon Lindelof, uno de los co-creadores de la serie y también creador de «The Leftovers» y «Watchmen» para HBO, quien revela cuáles eran sus planes originales y qué pretendía con Carlton Curse cuando ejercieron como showrunners.
En entrevista con Collider, Lindelof se explayó sobre el cómo una buena idea puede tener una doble cara para sus propios creadores, que pueden verse obligados a continuarla, estirarla y retorcerla en exceso de cara a conseguir el éxito que buscan de forma constante en las cadenas de televisión. Lindelof, Abrams y Curse tenían una idea clara, un argumento firmado y planteado y una extensión en sus cabezas: tres temporadas. Pero la producción de ABC se convirtió en un pelotazo sin precedentes, el público compró la idea de una isla misteriosa, de un número de enigmas inabarcable y de unos personajes pocas veces vistos en la pequeña pantalla. Y eso les desbordó.
Damon Lindelof comienza directo al responder: «Las conversaciones acerca de querer ponerle un final a la serie empezaron con el episodio piloto. No estoy tratando de ser diplomático, estoy tratando de darte la respuesta más precisa de la forma en que lo recuerdo, que son las conversaciones sobre querer que ‘Lost’ terminase tras haber rodado el piloto». Luego la gente comenzó a volverse loca con las respuestas a los misterios, y ahí se encontraron con un problema como guionistas, agregando: «ABC nos mandaba notas sobre los misterios y de qué manera íbamos a tener a la gente viendo el programa. Y nos propusimos presentar nuevos misterios a medida que avanzamos. Pensábamos que, con suerte, por cada una de las respuestas dadas, creábamos un nuevo misterio al que poder engancharse. Creíamos que si lográbamos el equilibrio correcto, no se acumularían y todo tendría sentido. Creo que podemos estar de acuerdo en que no logramos ese equilibrio».
«‘Lost’ trataba de ‘¿qué hay bajo la escotilla?’, ‘¿qué pasa con el monstruo?’, ‘¿quién es el Sawyer original?’, ‘¿cómo acabó Locke en la silla de ruedas?’, ‘¿cuál es la naturaleza de la isla?’, ‘¿por qué parece moverse?’, ‘¿quiénes son los Otros?'», comenta Lindelof, que destaca que, a pesar de el planteamiento de la serie era el correcto,todo se fue desmadrando conforme el estudio pedía más temporadas y comprobaba el índice de audiencia de cada episodio. «Estos eran todos los misterios importantes, y por eso nos decíamos ‘queremos tener las respuestas a todo esto al final de la primera temporada, las respuestas a esto otro al final de la segunda, y básicamente la serie terminará en tres años'», recordaba sobre su idea inicial. Pero en ABC no estaban de acuerdo, ya que no querían saber nada del pitch inicial.
«Ni siquiera le prestaron atención al pitch inicial que les planteamos. Los de la cadena nos tomaron por sorpresa, Carlton Cuse llegó a la mitad de la primera temporada para echarme una mano y pronto se unió a mi, y se pusieron en plan de ‘¿se dan cuenta de lo difícil que es hacer una serie que la gente quiera ver? ¿Y que le guste a la gente? ¿Por qué deberíamos terminarla? Uno no cierra series que la gente está viendo'», confirmó Damon Lindelof. Si bien Cuse le apoyó, ABC no daba paso arás en su empeño de querer más episodios y temporadas. Las negociaciones fueron duras. En uno de los momentos, ambos guionistas se aproximaron a la cadena y sus ejecutivos para destacarles que no podían seguir estirando la idea de los flashback. El pasado de los personajes podría acaba cansando y resultando repetitivo. Lindelof apunta: «Los flashbacks son finitos. Puedes hacer como tres escenas retrospectivas de Jack emborrachándose y siendo autodestructivo, o Charlie recayendo, o Kate huyendo del policía que la persigue. Pero en última instancia, la primera vez se siente como una historia de origen porque estás aprendiendo sobre el pasado esa persona en concreto, pero todas las demás pueden dar la sensación de que están tomadas por alfileres. Así que tendremos que cambiar de marcha: podemos presentar nuevos personajes que tengan nuevas historias de fondo, pero la gente estará interesada en los viejos, en los personajes originales. En ese momento estábamos adelantándonos a lo que la gente opinaría, como en una partida de ajedrez en la que sabes los movimientos que darán en el tablero, pero no nos hacían caso. No querían oírnos, querían hacer unas diez temporadas».
Ambos showrunners decidieron en cualquier caso seguir la serie, pero con una serie de condiciones, como la idea de hacer temporadas algo más cortas. Lindelof concluye: «La nueva idea con la que partimos era hacer seis temporadas, con menos episodios para así darnos tiempo de planear las cosas, explica. Y entonces, claro está, la cuarta temporada se cortó de golpe por la huelga de guionistas, pero todo lo demás salió más o menos según el plan, Miren, no voy a decir que todo lo hicimos salió bien, pero sí, teníamos un plan y nos amoldamos al mismo».