Sin duda que 1972 no fue uno más en la vida de The Rolling Stones. Para promocionar el álbum doble «Exile On main Street», la banda realizó una gira por Estados Unidos con el nombre S.T.P. Tour («Stones Touring Party»; «El tour de fiesta de los Stones»), que se desarrolló entre el 3 de junio y el 26 de julio de aquel año y contó con Stevie Wonder de telonero. Fueron 48 conciertos los que se realizaron por entonces, en un reocrrido plagado del lema «sexo, drogas y rock and roll», que tuvo su punto más «alto» en el momento en que Hugh Hefner los invitó a hospedarse en la mansión Playboy.
Según recopila Clarín, cuando los Rolling Stones visitaron Chicago para dar tres conciertos, les llegó la muy especial invitación de Hefner, quien les preguntó si querían hospedarse en la Mansión Playboy, que en esos momentos se encontraba en aquella ciudad. Y los Stones no lo dudaron: dejaron de lado los hoteles y aceptaron el ofrecimiento.
Carol Klenfner, publicista de The Rolling Stones en aquel entonces, describió cómo fue aquella experiencia en una palabra: «Loca», le dijo hace un tiempo al Huffington Post. El periodista Robert Greenfield, autor del libro «Un viaje por América con los Rolling Stones», llevó las cosas un poco más allá: «Eran como una jauría de animales que se pasaban a las chicas como se pasaban de boca en boca los porros», escribió. Keith Richards aportó su mirada: «Todo era zambullirse en la sauna, las conejitas… Básicamente era un prostíbulo, algo que realmente no me gusta», remarcó el guitarrista, según reproduce el Daily Mail.
Por aquel entonces, un séquito de personas acompañaban a la banda. El propio Richards dio detalles sobre todo lo que pasó en esos días en su libro «Life»: «Nos habíamos convertido en una nación pirata, moviéndonos a gran escala bajo nuestra propia bandera, con abogados, payasos y asistentes». Entre todos ellos se encontraba también el «Doctor Bill», un médico pedido especialmente por Mick Jagger, quien lo quería todo el tiempo a su lado por temor a algunas amenazas que había recibido, especialmente de los Hell Angels, así podía asistirlo en caso de que algo le pasara. «El ‘Dr. Bill’ les daba medicamentos recetados a cambio de tener acceso a un flujo constante de mujeres», detalló el Daily Mail al respecto. Eso sí, en ocasiones, Keith Richards le robaba los medicamentos para consumirlos a escondidas junto a otras drogas, algo que sucedió durante aquella estadía en la mansión Playboy.
Una de las noches en la mansión, Richards y Bobby Keys, saxofonista de la banda, decidieron encerrarse en uno de los baños. En su posesión tenían el maletín del doctor, junto con otras drogas. «Bobby y yo fuimos un poco lejos cuando prendimos fuego al baño… Bueno, no lo hicimos nosotros, lo hizo la droga. No es nuestra culpa. Estábamos sentados en el baño, cómodos, con la bolsa del doctor y solo estamos grabando varias canciones», detalló Richards en su autobiografía.
De repente, la habitación comenzó a llenarse de humo por algo que hicieron, pero que no tienen registro alguno. «Estoy mirando a Bobby y no puedo verlo. Las ventanas estaban ardiendo, todo estaba a punto de estallar. Hubo un golpe en la puerta, eran camareros y muchachos con trajes negros trayendo cubos de agua. Abren la puerta y estamos sentados en el suelo. Les dije: ‘Podríamos haberlo hecho nosotros mismos. ¿Cómo se atreven a irrumpir en nuestro asunto privado?'», aseguró Richards, dejando en claro que no eran realmente conscientes de lo que sucedía a su alrededor.
Afortunadamente, el fuego pudo ser contenido y no se registraron víctimas ni heridos. «No es de extrañar que sea famoso por irme de fiesta. Obtienes estas breves viñetas de lo que hiciste… ‘Oh, ¿no recuerdas haber disparado el arma? Levanta la alfombra, mira esos agujeros, hombre’. ‘¿No puedes recordar eso? No, no recuerdo nada al respecto'», sostuvo Keth Richards.
Finalmente, la revista Playboy recordó cómo fueron llamados aquellos días de fiestas en la mansión por la prensa: «3 días de orgía durante el tour de los Rolling Stones».