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Savile Row: la última ópera de los Beatles

Actualmente, el edificio de la antigua sede de Apple Corps alberga oficinas y tiendas de ropa.

Beatles Savile row

Actualmente, el edificio de la antigua sede de Apple Corps alberga oficinas y tiendas de ropa.

Por Camilo Arellano

El cruce de Abbey Road, junto con el estudio del mismo nombre, son el destino favorito de los fanáticos de los Beatles al momento de pisar Londres. Es una obligación para un turista recrear esa mítica portada, ya sea amante de su música o simplemente esté buscando un hit en sus redes sociales.

Pero a unos 4 km de distancia y a pasos del Palacio de Buckingham, existe un edificio ubicado en el lujoso y concurrido barrio de Mayfair, específicamente en el número 3 de Savile Row, el cual nunca será olvidado por un verdadero beatlemaniaco. Se trata de la antigua sede de Apple Corps, empresa formada por los Fab Four para gestionar sus ingresos y asuntos legales.

El inmueble fue adquirido por la banda en 1968 por 500.000 libras esterlinas (500 millones de pesos), y fue ahí donde la agrupación —acompañada por el tecladista Billy Preston— finalizó las grabaciones del álbum Let It Be a comienzos de 1969, junto con el registro audiovisual para la película del mismo nombre.

Sin menospreciar la información anterior, tal vez el hecho que cause más impacto para alguien que mire este edificio desde la vereda de enfrente, es que fue en su azotea donde The Beatles tocó sus últimos compases en vivo. Hablamos de esa sorpresiva presentación que dejó atónitos a los londinenses y que ha sido recreada por músicos de todo el globo, incluyendo a Los Borbotones de Homero Simpson.

Hoy solo queda la nostalgia y el deseo de tener un DeLorean para estar ahí ese 30 de enero de 1969. Aunque claramente seríamos del grupo que disfrutó con los 42 minutos de música y no de esos que llamaron a la policía.

Actualmente el edificio alberga oficinas y tiendas de ropa, lo cual no es de extrañar, ya que está en una de las calles de sastrería más caras e importantes del mundo. En la fachada, un par de metros arriba de la entrada, hay una placa que rememora el concierto, pero debido a su altura, pasa inadvertida por muchos transeúntes quienes de vez en cuando se topan con turistas y preguntan: “¿Por qué se toman fotos aquí?”, y alguien les responde sin dejar de fotografiar: “aquí fue la última ópera de los Beatles”.


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