Los planes de Francisco para irse a Ecuador se vieron truncados cuando el chileno intentó hacer un chiste, el que no fue bienvenida en el aeropuerto.
Con los pasajes listos, reservas hechas y las ganas se tuvo que quedar el hombre, que se le ocurrió gastarle una broma a una empleada de Latam. Al momento de preguntarle el contenido del bolso, Francisco respondió que llevaba sus cosas personales, “no una bomba”.
Fue esto último lo que alertó a la seguridad del terminal aéreo. Una mala jugada del chileno, que no tuvo la precaución de no jugar con un tema tan sensible como el terrorismo, y tuvo que pasar la noche en un cuartel de Carabineros.
Desde el incidente, Francisco se ha visto envuelto en una batalla judicial. Al principio, pidió una indemnización, puesto que el malentendido había resultado en él detenido y cancelando sus planes. Esta demanda fue acogida por el Segundo Juzgado de Policía Local de La Serena. No obstante, la Corte de Apelaciones, diría otra cosa.
De acuerdo a los antecedentes, el hombre demostró una actitud completamente displicente y desafiante ante la notificación de la trabajadora de no usar esa palabra en el lugar. “Que le poni’ color” y gestos con la mano, además de rehusarse a abrir el bolso de mano que portaba, fueron razones más que suficientes para anular la indemnización y concluir que la aerolínea actuó con motivos.
Finalmente, Francisco se quedó sin pan ni pedazo. Una lección para aquellos que quieran bromear con bombas en un aeropuerto.