Hoy en Palabras Sacan Palabras conversamos con Agustín Squella, abogado, doctor en Derecho y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales. El académico es parte de una serie de cátedras sobre derechos humanos de cara al proceso constituyente, organizadas por la Universidad Alberto Hurtado.
Para Squella, la llegada de Longueira y su intención de ser constituyente “es una arremetida conservadora, pero tampoco ocultemos que todas las doctrinas e ideologías que hay en el país -que generalmente se expresan en partidos políticos- van a tratar de influir en la convención constitucional, y de eso no hay que escandalizarse”.
“Lo reprobable en el caso de Longueira es que llamó a votar Apruebo, pero con la idea no de tener una nueva constitución, sino que -al tener los sectores conservadores del país más de un tercio, como seguramente van a tener- esperando que en la convención constitucional el trabajo de ésta se redujera poco menos que a unas simples modificaciones o reformas a la constitución de 1980”, agrega.
En resumen, el Premio Nacional explica que la propuesta de Longueira es “engañosa”, porque quiere, “en el hecho, bloquear la posibilidad de ir realmente hacia una nueva constitución, y que -en consecuencia- el trabajo que se haga a partir del año próximo sean sólo algunos retoques inocuos a la constitución que ellos como militantes jóvenes de la UDI en 1980 celebraron con antorchas encendidas”.
Agustín Squella, pese a lo anterior, dice tener “la esperanza de que la conversación sea posible y, en consecuencia, no se vote de manera mecánica o previsible. (…) Que no se reflejen, como fue con la constitución de 1980, las ideas de un solo sector. Hay que tener la confianza que un debate constitucional va a tener frutos más allá de las trincheras políticas con que cada uno haya llegado a sentarse dentro de la convención”.