Un grupo de científicos brasileños logró dar con un descubrimiento sin precedentes al analizar los fósiles que pudieron extraer desde la zona noroeste de São Paulo, Brasil. Por primera vez se pudo identificar un parásito sanguíneo dentro de los huesos de estos gigantes prehistóricos.
La científica Aline Ghilardi de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN), notó bultos esponjosos en uno de los huesos del titanosaurio. Tras una tomografía computarizada, el grupo de científicos pudo detectar que el dinosaurio padecía osteomielitis aguda, infección que produce deformidades en los huesos. La enfermedad provocó protuberancias y heridas en el titanosaurio, por lo que fue apodado como “dino-zombie”.
Posteriormente, los científicos le realizaron una biopsia al esqueleto del animal. En ese momento, Fresia Ricardi-Branco, paleontóloga de la Unicamp, identificó el primer microfósil dentro de los canales vasculares del hueso del titanosaurio. Eventualmente, hallaron más de 70 microorganismos similares en el hueso del reptil, aunque no pudieron precisar si estos habían causado la enfermedad o si fue al revés.