La obsolescencia programada es uno de los principales temores de los consumidores del Siglo XXI. Para combatirla, el Parlamento Europeo ha aprobado “el derecho a reparar” para limitar la venta de productos electrónicos de un solo uso.
Esta medida indica una serie de protocolos y regulaciones respecto al tema. Los fabricantes deben anunciar, en etiquetas, el tiempo estimado de vida que tendrá el dispositivo en cuestión, como una suerte de fecha de caducidad. Además, se incentivará a los mercados de reparaciones de celulares, y se buscará universalizar el cable USB-C para facilitar la carga común de los móviles.
«Se trata de una gran victoria para los consumidores de toda Europa. Esta votación pondrá en marcha una ola de nuevas políticas favorables a las reparaciones, desde puntajes de reparación en el comercio minorista hasta divulgaciones de longevidad del producto», asegura Matthias Huisken de iFixit Europa, organización que ofrece un índice similar al que propone la Comisión.