Mientras en algunos países se han levantado algunas medidas de restricción, que tenían como objetivo frenar la propagación del coronavirus, en Europa están alarmados por el alza de contagios y el temor de un segundo rebrote de Covid-19.
Uno de los países más afectados es España, que en la primera ola de contagios vivió el colapso de su sistema de salud, y al parecer, las autoridades y los ciudadanos no aprendieron nada del primer brote del moral virus. Así lo deja de manifiesto Pedro Madroñal, un enfermero de un hospital de Sevilla.
A través de una carta que publicó en su cuenta de Facebook, el profesional de la salud relató algunos episodios que le ha tocado vivir y que son una muestra clara de que la pandemia está lejos de superarse. Su relato que s eha viralizado en redes sociales comienza: «La cruda realidad. Son como dos mundos, el de la vida alegre y el que transcurre al otro lado del espejo, igualmente reales».
El enfermero cuenta, por ejemplo, el caso de Rocío, una paciente de 38 años que rompió en llanto «cuando le dijo el médico intensivista que la iba a sedar para intubarla porque con el oxígeno a presión no remontaba».
Madroñal relata como pacientes y médicos rompen en llanto al ver la dura realidad que están atravesando, donde la vida y la muerte parecen estar divididas solo por una delgada línea: «Miguel, auxiliar de enfermería, rompió a llorar cuando José le rogaba que le pusiera una videollamada con sus hijos para despedirse por si no salía de esta».
El enfermero agrega que todo lo que cuenta pasó en una noche cualquiera, «todos lloraron en silencio, todos son personas reales y compañeros de carne y hueso con padres, hijos y parejas, todos tristemente agotados, todos con miedo y todos piensan que no tienen la culpa de vivir lo que están viviendo». Pidiendo dejar de lado las teorías conspirativas y las incredulidades, agrega: «Trato de hacer un llamamiento al sentido común, la responsabilidad y la cordura, trato de pedir ayuda».
El profesional de la salud explica que su relato tiene como objetivo generar consciencia en las personas para que se cuiden y no se pongan en riesgo, ya que el peligro es real: «Es posible que en los próximas semanas seamos testigos de una realidad que jamás imaginamos y la única manera de cambiarla es disminuyendo los contactos y hacerlo en cualquier caso en las mejores condiciones».