Por Jorge Letelier F.
En tiempos de encierro e incertidumbre, el consumo de series por streaming se disparó a niveles nunca vistos. A la consolidación de plataformas populares como Netflix y Amazon Prime, se sumó la llegada de Disney+ y otras, modificando las costumbres del espectador y elevando los estándares de calidad. A continuación, una selección de las más destacadas series vistas por este comentarista.
Cuentos sobre el loop (Amazon)
Es cierto, la ciencia ficción de corte más existencialista y que se interroga no sobre los límites de la tecnología, sino que por las incertidumbres que genera un futuro donde el hombre pierde cada vez más la conexión con su ser, lleva algunos años con tipos como Alex Garland (Ex Machina). Pero en esta serie original de Amazon, escrita por Nathaniel Halpern (Legion), se hace una sutil inversión: el género no establece el relato sino que es la escenografía para instalar preguntas básicas.
Un centro de física experimental que contiene una matrix que busca responder a los misterios del universo, se ubica en un pequeño pueblo donde sus habitantes se enfrentan a preguntas por lo general sin respuestas como la inevitabilidad de la muerte o la fugacidad de los momentos felices. Con ritmo cansino, el uso de silencios y una música melancólica y emotiva (gentileza del maestro Philip Glass), la serie va cautivando a medida que nos vamos despojando de certezas: no importa tanto lo que se narra sino cómo entreteje las hebras emocionales para respondernos lo que a menudo no tiene respuesta. Es la anti tv de fórmula, esa que busca hacerte sentir bien y que cierra todas sus historias sin dejar nada suelto. Acá hay riesgo, poesía y belleza a raudales. Magnífica.
Devs (Fox Play)
Ya conocíamos el sello de Alex Garland desde sus tiempos como guionista de Danny Boyle (Exterminio, Sunshine), y desde su inicio como director desarrolló temas en torno a una mirada dialéctica entre tecnología y humanidad, con toques existencialistas. Y es quizás con Devs, donde se le ve más afinado en sus preocupaciones. Un joven programador entra a trabajar a un misterioso centro tecnológico que parece haber dado con un descubrimiento que podría cambiar la percepción de la realidad y la historia. El tema es que desaparece misteriosamente y la serie discurre entre el thriller de suspenso y la reflexión sobre el hombre enfrentado a un estadio tecnológico que abre más interrogantes que certezas, en torno al mesiánico creador del centro. El tono que emplea Devs es sutilmente misterioso, en que nos impulsa a entrar en terrenos científicos poco tranquilizadores y más bien de un latente peligro por los excesos a donde nos puede llevar la tecnología. Y, por otro lado, explora la teoría determinista a través de una tragedia cuyo eco va creciendo en el relato y complejizando su idea sobre la libertad de elección y la causalidad de las acciones. Si bien puede verse como una serie pretenciosa y artística, explora una sensación de desasosiego que Garland sabe conducir de manera inquietante y paulatina, muy estilizada y que incluso cuestiona el omnipresente poder del conocimiento tecnológico.
Gambito de dama (Netflix)
La tormenta perfecta del éxito televisivo. Gambito de dama se convirtió en la serie más vista en la historia de Netflix (más de 62M de suscripciones la vieron) y el suceso se explica directamente por su historia, actuaciones, dirección de arte y todos los elementos puestos en juego. La historia de una niña huérfana y genia precoz para el ajedrez pudo haber sido la fórmula insufrible de una marginal y/o invisibilizada que logra el éxito, pero apuesta por un personaje complejo y hasta desagradable, llena de traumas y poca sensibilidad social, cuyo éxito depende en parte de sus adicciones, centrando su relato no en el buenismo político (la lectura feminista) sino que en la reivindicación casi vengativa ante las adversidades. Su ambientación, vestuario y fotografía es deslumbrante, y convierte además a la historia en una perfecta amalgama entre un gran guión y personajes, una progresión pausada y sostenida que se va cociendo a fuego lento y una actriz en estado de gracia (Anya Taylor-Joy).
https://www.youtube.com/watch?v=lbleRbyGKL4
Lovecraft country (HBO Go)
Uno de los grandes momentos del año fue esta serie de HBO Go basada en la novela de Matt Ruff que imaginó algo inimaginable: que del horror sobrenatural imaginado por H. P. Lovecraft, repleto de monstruos de origen cósmico y de maldad inenarrable, se podía construir un violento alegato antirracista que ponía la experiencia de la comunidad negra como un relato de horror, la vertiente ahora conocida como “black horror”. Y esto es porque Lovecraft era un supremacista convencido, cuyo pavor al “otro” apenas disimulaba un racismo campante. Desde ese imaginario, la serie producida por Jordan Peel (“Huye”), invierte ese horror en personajes negros que deben escapar del racismo más violento en la Massachussets de la década del 50, repleto además de terribles monstruos nocturnos. De cierta forma, la serie propone una nueva forma de mirar las relaciones raciales desde las convenciones del género de horror fantástico, abriendo nuevas capas políticas que sorprenden por la variedad de elementos que propone en sus capítulos.
Kingdom (Netflix)
Aclaremos de entrada que esta serie se estrenó en 2019, casi sin repercusión, y cuya segunda temporada en marzo de este año, supuso su real descubrimiento, razón para incluirla en esta lista. Se podría pensar sobre qué podría agregarle al lucrativo subgénero de zombis, florido en relatos apocalípticos y distopías varias. Pero esta serie coreana basada en el web comic “Land of the gods”, sorprende al ubicarse en la Corea feudal del medioevo (la dinastía Joseon), donde una plaga contagia en una noche a los campesinos y amenaza a los señores feudales. Su argumento es relativamente simple: el príncipe heredero del reino es obligado a ir en busca de los orígenes de la enfermedad y para averiguar de qué forma su padre fue contagiado. Las intrigas palaciegas en torno al poder es un barniz al tema de fondo: la brutal separación de las clases sociales, donde los pobres están contagiados y entregados a su suerte, mientras que la clase aristocrática se recluye en sus palacios. Tiene obvios ecos a “Juego de tronos”, pero “Kingdom” se lanza sin complejos a una narración de acción cuya maestría es sorprendente y cuya ambientación en decorados y vestuario es de altísimo nivel. Además, estos contagiados tienen una agilidad y velocidad letal y ese peligro constante está muy plasmado en secuencias de brillante ejecución.
The Mandalorian (Disney+)
La primera serie live action de «Star Wars» llegó de la mano de Jon Favreau y Dave Filloni, 2 tipos que entienden el universo creado por George Lucas y que lo utilizan para presentarnos nuevos personajes en un relato de formato episódico cargado de homenajes al western, al cine de samurais y hasta a producciones de la Segunda Guerra Mundial. Con una aplaudida primera temporada estrenada en 2019 con el lanzamiento de Disney+, y una electrizante segunda temproada que termina este viernes en la plataforma de streaming, las aventuras del mandaloriano interpretado por el chileno Pedro Pascal nos pasean por cada rincón de esa galaxia lejana, muy lejana que conocemso hace más de 4 décadas, le da sorpresas a los fanáticos que no solo han visto las películas de la saga y nos muestra el camino a seguir para que «Star Wars» tenga cuerda para rato.