Hoy en Palabras Sacan Palabras conversamos con Juan Pablo Sáez, actor y fundador de la Corporación Cultural San Ginés.
Nos cuenta que está en su “cuarta reinvención”: “No tengo problemas con decir que trabajo de delivery, y la mayoría de mis colegas son venezolanos: Uber Eats, Rappi, Pedidos Ya. (…) Estoy repartiendo productos de LaCoquette, la panadería francesa que tiene mi señora y yo soy su socio. Es la pyme que nos ha salvado en estos meses de pandemia”.
Llegó a eso porque por la pandemia el asunto está complicado con su teatro, cuestión que ha azotado al mundo cultural por completo: “Si antes necesitábamos recursos para mejorar, tener más personal calificado y pagar mejores sueldos, ahora los necesitamos para no tener que despedir a la gente. Pero hay un dicho que dice ‘nadie está obligado a lo imposible’, y nosotros hemos hecho un esfuerzo fuerte por sostenernos vivos, pero llega un momento en el que uno dice ‘qué más puedo hacer’”, lamenta Juan Pablo Saéz.
“Pareciera ser que no nos va quedando de otra que quizá cerrar, y eso es muy triste. En lo concreto y actual, hoy en San Ginés está a cargo sólo la gente que está a cargo de la programación online”, agrega.
Sobre lo anterior, por un eventual cierre o quiebra del teatro, el actor dice que imagina “salir muerto de ahí, no vivo. Ese es mi sueño. No aflojar ni tener que arrodillarme frente a las deudas (…). Uno no quiere llegar a esa imagen nunca, pero está dentro de las posibilidades, porque la autoridad sanitaria no considera que seamos un lugar vital o necesario para la gente. Entienden que sí es fundamental tener los mall o aeropuertos abiertos, pero un teatro no es importante y por lo cual es mejor tenerlo cerrado”.
¿Cuánto puede aguantar el gremio? “Por ahí escuché que nos van a permitir créditos Fogape, y que no nos obligarán a pagarlos altiro, sino que en 6 meses más. Eso nos daría un oxígeno de 6 u 8 meses (…). Pero no podemos aguantar otro año así. Si la idea de la autoridad sanitaria es tener los teatros cerrados durante 10 meses más, créeme que en Santiago de Chile no van a quedar teatros vivos… ninguno, ni si quiera los con marcas auspiciadoras como el Nescafé”, pronostica Sáez.