Hoy en Palabras Sacan Palabras conversamos con Pablo Zalaquett, exalcalde de Santiago y La Florida, y que este domingo corrió por las primarias municipales en Vitacura.
Tras salir tercero en esa carrera, confiesa que “debería estar apaleado, pero estoy tranquilo porque di mi máximo. Trabajé todos los días de sol a sol, recibí mucho cariño de las personas y todo esto en un escenario muy complejo y adverso. Uno gana o pierde, pero para mí lo relevante era la política, sentir la calle, las reuniones en las plazas y los debates”.
Buscando razones de por qué no ganó en las primarias, Zalaquett dice que “hay una cosa bien importante y me ha pasado las últimas tres veces: cuando me refiero a la calle, me refiero a que me paraba en cada esquina y en cada rincón, desde la clase media hasta los más cuicos de Vitacura. Si yo me comparaba con los otros dos candidatos, a ellos -con suerte- de cada 10 autos le bajaban la ventana 3. A mí 6 o 7”.
Pero “ser UDI me pasó la cuenta”, dice. “Porque no tenía un despliegue como tuvo Evópoli. Cuando yo hacía casa a casa, la gente me decía ‘por aquí pasó Luciano Cruz-Cocke, Francisco Undurraga, Felipe Kast, etcétera’, entonces yo iba sólo… no podía competir con tantos a la vez”.
Aunque el principal problema para él está en una “campaña sucia” o “desleal” que le hicieron desde su sector. Así lo explica: “Max del Real y Renovación Nacional nunca estuvieron dispuestos a que hubiera primarias, el que logró las primarias fue Pablo Zalaquett. Entonces, yo era el favorito y me hicieron una campaña sucia jamás vista para mí: mandando por WhatsApp cosas diciendo que yo tenía causas pendientes en la justicia, llamando a personas a las 4 de la mañana pidiendo el voto para mí cuando en realidad eran ellos, etc”.
Según Zalaquett, Evelyn Matthei “está metida” en este ideado. “Yo llamé a Evelyn Matthei para pedirle apoyo, como corresponde de UDI a UDI, y ella me dijo que iba a ser imparcial porque ella conocía a Camila y, por lo tanto, no me podía apoyar a mí porque la conocía a ella. Pero, dado que era UDI y me conocía bastante, iba a ser imparcial. Ok, ya no le daba el apoyo a uno de su partido -cosa que yo sí habría hecho-, pero quedamos en que había imparcialidad. Esa imparcialidad, sin conversación de por medio ni llamadas de por medio, se transformó en un apoyo explícito y a eso yo le llamo deslealtad”, explica.
Y saca trapos sucios al sol: “Esa deslealtad se agrava cuando el 2013 fui candidato a senador por Santiago poniente y ella candidata presidencial contra Michelle Bachelet. Yo competí contra Andrés Allamand y perdí por muy poco, y él se daba cuenta que Bachalet triplicaba a Evelyn Matthei y que ella era muy mala candidata en esa época. (…) Allamand, en forma muy inteligente y astuta -políticamente hablando-, no se sacó la foto con ella y borró todas las fotos con ella. Y a mí todo mi equipo me sugirió hacer lo mismo. (…) Sabiendo que me podía costar una campaña senatorial, cuando ella no tenga ninguna posibilidad de ganar y yo sí, yo sí mantuve mis fotos… entonces, yo hablo de lealtades porque sabiendo que cuando para mí sí era conveniente, nunca me perdí”.
Así las cosas, Pablo Zalaquett concluye que “en la vida hay cosas que están por sobre la estrategia política, entonces cuando yo di mi palabra la cumplí. Cuando alguien da su palabra y no la cumple, no me causa confianza”.
“Hubo una deslealtad muy grande, que también pegó. Es la sumatoria de muchas cosas, pero quiero decir que Camila Merino y Evópoli hicieron una gran campaña y ganaron bien”, precisa.