Pepe Fuentes significa tradición y esplendores de otros tiempos con música chilena de fondo. Un hombre dispuesto a conversar, mostrar y enseñar cómo se tocaba y se debía sentir la guitarra para tocar música para la gente.
Por eso, desde tempranas horas de hoy sábado, tras el anuncio de su muerte a los 89 años por las redes sociales de La Casa de la Cueca, lugar que establecieron junto a su eterna compañera María Ester Zamora, miles de conocedores de su figura y legado se volcaron a lamentar su pérdida.
José Fuentes Pacheco nació en 1931 y, como destaca David Ponce en su biografía en Musicapopular.cl, era «un hombre en el que coinciden los oficios diversos del músico popular», repasando diversos estilos, desde la tonada al rock & roll, además de ser intérprete, arreglista, autor, compositor, cronista o productor, siendo uno de los nexos más característicos entre la tradición y los nuevos aires que tuvo la cueca en los años noventa.
Fuentes fue parte de destacados grupos como Fiesta Linda en los años 50 y Los Pulentos de la Cueca en los 80, recorriendo diversos estilos y, en buena parte de su carrera, siendo un músico errante que llevó a tradición chilena a distintos puntos del planeta.
Al volver, en plena dictadura, el músico fue parte de la resistencia artística popular, conociendo además a su gran amor, la folclorista María Ester Zamora, con quien se casó en 1989. Junto a ella se convirtieron en un tándem que era sinónimo de sonido y tradición chilena, lo que le valió el Premio Nacional de Música Presidente de la República en 2014, mismo año en que publicó sus memorias, tituladas «A la pinta mía».
Músicos de todos los estilos y sonoridades reconocen la influencia de Pepe Fuentes en su trabajo, que tuvo vitrina constante en la Yein Fonda, cada septiembre, y todo el año en lugares como el bar Liguria o la propia Casa de la Cueca.