A sus tiernos seis meses de edad, el pasado lunes se mostró por primera vez a Yuan Bao, la última panda gigante de Taiwán y segunda nacida en cautiverio.
Los padres de la panda fueron un regalo desde China a Taiwán, como un símbolo de una mejor relación entre ambas naciones, hace 12 años, como parte de su política de “diplomacia del panda”, que consiste en prestar a estos mamíferos a los zoológicos del mundo.
La “pequeña” Yuan, que nació el pasado 28 de junio, fue presentada ante 150 periodistas e invitados, trepando parte de la infraestructura del zoológico de Taipéi.
Pese a que solo tiene seis meses, la panda, concebida por inseminación artificial y que pesaba unos 186 gramos al nacer, hoy pesa 13 kilos.