Kirk Hammet reveló que cuando grabaron el video de «St. Anger» en la cárcel, descubrió que el asesino era fan de Metallica.
En 2003 Metallica grabó el video del primer sencillo de su primer álbum en casi 6 años, «St. Anger«, del disco homónimo. El video fue filmado en la prisión estatal de San Quentin , California.
La banda tocó en varios lugares del área para cientos de reclusos entusiastas. La excepción fueron aquellos que se encontraban en las cámaras de la muerte y las celdas del corredor de la muerte. Ahí fue donde estaba Richard Ramírez, asesino serial protagonista del documental «Night Stalker: The Hunt For a Serial Killer», lanzado hace algunos días en Netflix.
Así lo reveló Kirk Hammett, quien contó a la revista Kerrang! que el criminal estaba cumpliendo una de las diecinueve sentencias de muerte a las que fue condenado, habiendo sido declarado culpable en 1989 de 43 delitos, incluidos 13 cargos de asesinato.
«Recibí algo realmente genial de uno de los oficiales penitenciarios», comenzó contando el guitarrista de Metallica. «Era una revista con nosotros en la portada y la etiqueta de suscripción decía ‘Richard Ramirez’- el ‘Asesino Night Stalker‘ que estaba en San Quentin mientras estábamos tocando ahí».
Y eso no es todo, ya que Kirk señaló que el asesino «Era fanático de Metallica, pero estaba en el corredor de la muerte y solo podía escucharnos. Todavía tengo la revista. Es una bonita novedad» expresó.
Grabar un videoclip en la cárcel
Kirk Hammet contó cómo fue grabar en la cárcel el que entonces era su sencillo de regreso. «Había algunas mujeres que vinieron con nosotros y tuvieron que ser restringidas a un área determinada, ya que era demasiado peligroso para ellas incluso que las vieran.
Además contó una particular interacción con uno de los reclusos. «En un momento, uno de los reclusos me gritó y me dijo: ‘Hey, Kirk, conozco a tu madre!’ y me quede como,’¿Perdón?’. El dice, «Sí, solía cortarle el césped!’. Y añadió que también conocía a un fulano del vecindario. Yo quedé como, ‘¡Parece que conozco a más gente aquí de la que pensaba!’ Pero fue genial, fue muy tranquilo».
«Todos los presos apreciaron mucho el hecho de que estuviéramos allí y fue una distracción para ellos» concluyó el músico.