“Físicamente el hombre queda más afectado, mientras que la mujer pareciera que queda más afectada en los ensayos pulmonares”, dice Estefanía Nova, académica de la Universidad de Concepción.
Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con Estefanía Nova, doctora en Inmunología y académica del Departamento de Bioquímica Clínica e Inmunología de la Universidad de Concepción, sobre un estudio que desarrollaron en la institución sobre las secuelas de contraer COVID-19.
Según ella, no se ha hablado del tema porque “todavía estamos preocupados de la patología en su estado activo y de la vacuna, entonces no ha habido tiempo como para preocuparse de las secuelas per se”.
“Nuestro proyecto consistió en cuatro ejes fundamentales, que eran entender todo lo que fuera el daño colateral por la defensa que el cuerpo tiene frente al coronavirus que pudiese generar un daño como secuela a corto o mediano plazo”, comienza explicando Nova.
Cuenta que se recolectaron muestras de 60 pacientes, “algunos de ellos en su estado activo y posteriormente en su estado secuelado. Ahora queremos hacerlo ya en su estado pasado un año casi, para ver si las secuelas persisten o no”, adelanta la doctora en Inmunología.
Las secuelas
Estefanía Nova detalla que los resultados no salieron como esperaban: “Pensábamos que la persona que tuvo COVID-19 severo y se intubó es el que va a tener secuelas, pero no es tan así: tenemos gente que fue COVID-19 severo y algunos quedan secuelas, pero otros quedan perfecto, mientras que otros cursaron COVID-19 leve y quedaron con una fatiga bastante marcada. Tenían un buen estado de salud, salían a correr o caminaban harto, pero ahora dan tres pasos y se cansan. La primera secuela que se nota en esta patología es la fatiga, que la presenta la mayoría, dando lo mismo el grado de severidad que tuviera su enfermedad”.
“Dejando la fatiga de lado, que es transversal, nos vamos a la función pulmonar: en este caso se ve mayor afección en el pulmón en el caso de las personas que tuvieron distrés respiratorio. Es el momento en el que al paciente le cuesta respirar y, por lo general, tiene mayor inflamación en el pulmón (…). Pareciera que en el caso de las mujeres, pese a que en severidad se ve más el hombre mayor de 50, pero en el caso de las secuelas pareciera que las mujeres tienen mayor grado de secuelas al nivel del DLCO (capacidad de difusión pulmonar)”, agrega la académica de la Universidad de Concepción.
“El sueño también se vio bastante afectado, y no sólo en los pacientes severos: más en los que tuvieron distrés”, indica.
Otra secuela importante es la resistencia a la insulina, según dice Nova: “Encontramos un aumento significativo entre el mes 3 y el 6, en comparación a su estado activo. Si no se controla o guía al paciente, puede llegar a diabetes. Queremos saber si los pacientes que tuvieron secuelas, permanecen por un año o va disminuyendo gradualmente, que sería lo ideal”.
“Tenemos una población muy pequeña (60), pero en lo que respecta a secuelas no significativamente por el número pero en severidad gana el hombre. Mayoritariamente es el género masculino, y físicamente –según el cuestionario- el hombre queda más afectado, mientras que la mujer pareciera que queda más afectada en los ensayos pulmonares”, concluye.