Todo partió con “un tremendo mapa en una pared para construir lo que pasaba en cada región”, explica Sara Larraín, la ecologista chilena que lleva más de 30 años luchando por el medioambiente.
Hoy en Palabras Sacan Palabras conversamos con Sara Larraín, ecologista, miembro del directorio del programa Chile Sustentable desde 1997, excandidata presidencial, actual candidata a constituyente por el distrito 11 y autora del libro “Ecología y Política”.
Breve historia de Sara Larraín
En 1989 fundó la oficina para América Latina de Greenpeace. Cuando se trata de lucha por el medioambiente a ella no se la cuentan, ella la cuenta:
“Empecé a hacer el click entre la sociedad y el ambiente. Claramente, cuando estaba terminando la carrera de Estética, empezamos a ver todo lo que estaba ocurriendo en época de dictadura militar. Había muchos problemas: Santiago ya estaba contaminado; ya había problemas con niños todos los inviernos y mineros con problemas en temas de relave, aguas, bosques nativos, etc”, recuerda Sara Larraín.
“Lo que se nos ocurrió fue invitar a quienes denunciaban estos problemas e hicimos un tremendo mapa en una pared para construir lo que pasaba en cada región. Ahí nos dimos cuenta, porque antes no habíamos presentado este puzzle (…).
No fue fácil ponerlo en la agenda, pero se fue haciendo de a poco porque la realidad te lo mostraba. En un inicio se empezó a organizar gente: las marchas contra las pruebas francesas en Muruoroa; luego las marchas por la contaminación de Santiago, en fin… es un proceso social que inició y ahora tenemos el movimiento ambiental posicionado en la agenda y logramos un ministerio. No es suficiente, pero hay un camino que se ha hecho”, relata Sara Larraín.
Los principales problemas
La autora de “Ecología y Política” cree que hay dos ejes que nos tienen como estamos ahora en materia medioambiental: cómo crecemos y mala educación. “Lamentablemente el cómo pensamos el ‘yo sujeto’ y todos los demás objetos -de una forma materialista- nos ha llevado a una desconexión de nosotros de una biósfera de la cual dependemos (…).
Hemos destruido todo el bosque nativo, esclerófilo, las paltas, en el sur los pinos… porque vamos en búsqueda de una riqueza o crecimiento económico destruyendo la vida que sostiene y hace posible el bienestar de la población”, explica Sara Larraín.
“Desgraciadamente una educación y cultura bastante antropocéntrica nos ha impedido, hasta el nacimiento de la ecología hace muy poco, tener mejor educación en agronomía, física, ingeniería, de qué debemos consumir, cuál es la energía que debemos usar… y ahí viene el segundo punto: hay sectores que lucran con elementos que dañan la biósfera y generan tremendos costos para la sociedad. Eso no puede ser”, critica la ecologista.
Nuevamente los dardos al sector político: “No les dio el ancho para revertir el cambio climático, y hoy aceptamos en el acuerdo de París que no supere los dos grados”, concluye. Según Larraín, esa es la razón por la que muchos, como Greta Thunberg, salen a la calle a protestar: “Se está dejando un planeta degradado y riesgoso para la vida humana y de todas las demás especies”.