Es sabido que el mundo del rock esconde una multitud de artistas sumidos en el mundo de las drogas, los excesos y, con ello, la violencia en vida familiar.
Es cierto que la violencia, en su dinámica de asimetría de poder, deja como víctimas a distintos actores de la realidad social. Pero hoy, reconocemos el rol de mujeres invisibilizadas por la figura masculina que triunfan o triunfaron en el mundo del rock.
A pesar de los prejuicios machistas detrás del recuerdo de mujeres víctimas del actuar, en ocasiones aprobado socialmente, de hombres violentos, la realidad es oscura y tormentosa.
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Siempre se habla de ellos y se ovaciona su obra… pero, ¿qué hay, en muchas ocasiones, detrás de eso? ¿Quién inspira sus éxitos? ¿Qué los ha mantenido en pie? ¿Quién los ha aleccionado? ¿Quién con justa razón los ha dejado? ¿A quién sus conductas llenas de violencia han dañado?
En el Día de la Mujer, hablaremos de ellas. De aquellas mujeres fuertes que han sido víctimas de la violencia y se han invisibilizado tras la figura de un hombre amparado por una sociedad patriarcal y machista.
Sharon Osbourne
El músico británico Ozzy Osbourne y el exlider de Black Sabbath, no es particularmente conocido por ser un hombre cuerdo.
Solo basta con recordar el anecdótico episodio en el cual orinó el Cenotafio de El Álamo, un monumento nacional en Texas. La noche del 19 de febrero de 1982, Osbourne llegó drogado y ebrio a la habitación donde se encontraba durmiendo Sharon —en ese entonces, su novia, ahora esposa— con planes de volver a salir. Sin embargo, la mujer escondió su ropa para evitarlo, por lo que Ozzy no encontró una mejor idea que ponerse unos vestidos de su novia y así poder salir de todas maneras.
Bueno, la noche terminó con el arresto del músico, quien, vestido de mujer, había vaciado su vejiga en un monumento nacional. Aunque para alguno pueda ser cómico y anecdótico, lo cierto es que esa relación que ha durado tantas décadas, es muchas cosas, menos sana.
El mismo Ozzy Osbourne recordó en un capítulo de su documental “The Nine Lives of Ozzy Osbourne”, en un programa de televisión estadounidense, cuando intentó matar a su mujer, Sharon Osbourne en 1984.
«No tenía idea de quién estaba sentado frente a mí en el sofá, pero ese no era mi esposo», recordaba Sharon. «Estaba en un estado en el que tenía esa mirada en sus ojos, pero las persianas estaban cerradas y yo no conseguía verle bien. Y él simplemente dijo: ‘Hemos tomado la decisión de que tienes que morir’”.
La esposa relató el momento en el que, estando tranquilo, de la nada, se lanzó sobre ella para estrangularla. “Me tiró al suelo con él y yo intenté buscar la mesa. Conseguí encontrar el botón de pánico y simplemente lo presioné. Lo siguiente que supe fue que la policía estaba allí”, relató.
Lo describe como uno de los momentos en los que más temió por su vida, pero aún más por la de sus hijos.
En cuanto al cantante, dijo no recordarlo. “Estaba muy tranquilo. Me sentí más tranquilo que en toda mi vida. Estaba en paz absoluta… Pero, lo único que recuerdo es que me desperté en la cárcel de Amersham y le pregunté a la policía: ‘¿Por qué estoy aquí?’ A lo que me respondió: ‘Por intento de asesinato’”, comentó.
Como suele ocurrir en muchos casos de violencia doméstica, a pesar de evaluar el divorcio, Sharon decidió no separarse de Ozzy.
El músico estuvo seis meses en una clínica de rehabilitación y, a diferencia de la mayoría de los casos, Sharon sigue en viva.
Erin Everly
Es parte de la revolución feminista generacional definir e identificar la violencia. No solo la violencia física, sino la violencia emocional, discursiva, de género, y muchas otras… la que se da en el trabajo, en el hogar, en la familia y en las relaciones.
A veces, la mediatización de la vida privada en el hostil ambiente patriarcal lleva a sesgos machistas como la justificación de dinámicas violentas. Esto fue lo que ocurrió con la novia y gran motivación de los primeros éxitos de Guns N’Roses: la “musa” de Axl Rose.
Lo conocido por los medios: Erin Everly y Axl Rose tenían una tóxica relación en la que ambos llegaban a los golpes.
El joven músico, inmerso en el mundo de los excesos y la fama, en lugar de ser considerado un hombre violento, era en los ochenta solo un excéntrico artista lleno de impulsos para nada atípicos en el modelo varonil de la época.
Erin, la mujer que lo aguantaba y motivaba a escribir sus éxitos. Pero la realidad dentro de cuatro paredes es más tormentosa que eso.
Mientras Rose vivía el crecimiento de su banda rodeado de decenas de stippers, Everly lo esperaba a que llegara de gira tras haberse acostado con otras mujeres jurándole amor fiel y eterno. Ella le creía.
Cansada de la violencia y toxicidad de la relación, Erin lo dejó. Pero esto solo provocó un escenario muy común de manipulación: esa noche de 1989, cuando Axl recibió la noticia, fue a su casa, se golpeó a la puerta de Erin. Mientras se apuntaba en la cabeza con un arma de fuego la amenazó con dispararse si no se casaba con él. El 27 de abril del año siguiente se casaron en Las Vegas.
Es muy común que ante la manipulación y dependencia emocional de una mujer, el hombre tome provecho y consiga hacerla vulnerable en una sociedad que no la amparaba.
El matrimonio duró menos de un año, y las palabras de Axl, aunque podrían haber tomado sentido en aquella época, es distinto reproducirlas ahora: “Erin fue el gran amor de mi vida, me separé precisamente por eso, porque la amaba tanto que me hacía sufrir mucho”.
Se reencontraron años después cuando Erin se unió a otra ex del músico en un juicio en su contra, el cual ganaron rápidamente en un acuerdo. Ya a mediados de los 90’s, Guns N’Roses se había desintegrado y el músico se había separado de todas las mujeres que había tenido.
Lo sorprendente de esta historia es que reporteando estas historias, incluso en publicaciones durante la última década, hay medios que califican al artista bajo la premisa «así son los genios”.
Nancy Spungen
No solo es lamentable las dinámicas de violencia de género, sino también lo que el exceso en el consumo de drogas y alcohol. Esto, sumado al déficit mundial en la utilización de medidas eficientes en cuanto a salud mental, han provocado en la sociedad.
Nancy tenía 19 años cuando conoció a John Simon Ritchie, mejor conocido como ‘Sid Vicious’. El músico inglés quedó flechado por el aspecto y personalidad de la joven mujer que se convirtió en su pareja y mánager.
Ambos inmersos en el mundo de la droga y los excesos tenían una relación violenta que terminó de la peor forma. No alcanzaron a estar un año juntos cuando, el 12 de octubre de 1978, Nancy fue encontrada sin vida en el baño del hotel Chelsea de Nueva York.
Sid fue detenido y acusado de asesinato en segundo grado. Aunque se manejan muchas teorías de lo que ocurrió esa noche y nunca se pudo esclarecer lo que realmente ocurrió. El músico dijo esa mañana en la que encontraron el cadáver, que él la había asesinado. Después se retractó y dijo que era inocente.
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Lamentablemente, esta no es una conducta anecdótica en el mundo del rock. El escenario plagado de excesos e irresponsabilidades de género ha permitido que el público más fiel a estos artistas legitime comportamientos violentos de sus ídolos.
Es triste que no sean estos tres nombres los únicos. Evan Rache Wood, Dita Von Teese, Perla Hudson, Pamela Anderson, entre muchas otras, son mujeres que sufrieron tormentosos episodios de violencia a la sombra de hombres admirados por muchos.