Hoy en Palabras Pasan Palabras conversamos con Juan Andrés Murillo, director de la Fundación para la Confianza y candidato de Independientes No Neutrales a la Convención Constitucional.
El candidato admite que le cuesta hacer campaña constituyente y que lo que ha pasado en Maipú y Huechuraba son cosas que «le golpean de manera muy fuerte».
Tragedia en Maipú y Huechuraba
Un niño y una niña fallecieron este domingo producto de heridas de bala. El niño fue víctima de una bala loca en medio de una balacera en Maipú afuera de un kiosko de comida rápida donde se enfrentaban asaltantes y carabineros.
Paralelamente, en la comuna de Huechuraba, una niña de 5 años también falleció luego de que desconocidos le dispararan mientras intentaban robar el auto a su madre.
De la rabia a la acción
En conversación con Andrea Moletto y Álvaro Paci, Murillo habló del diagnóstico nihilista y desalentador en materia de derechos de la infancia.
«Estas cosas me golpean. Y me golpean de una manera muy fuerte. Desde hace muchos años, el sentido de mi vida, mi pasión ha sido intentar fortalecer los derechos de los niños y niñas. Y cuando veo que no estamos todos en la misma, al contrario, que hay niños tan pequeños que son víctimas de, no solo maltrato, sino asesinato, yo me quiebro», asegura Murillo.
Sin embargo, afirma que se puede ver el vaso medio lleno en la medida que estos eventos causen indignación y acción. «Quedo con una sensación de nihilismo. De rabia, de pena, de impotencia. Pero el esfuerzo es tratar de transformar esa pena, esa rabia, en acción».
La deuda con la niñez
En el análisis, el candidato, activista y filósofo, hace referencia a los escándalos que estallan que recuerdan la injusticia y el dolor que han sufrido históricamente muchos niños.
Recordando la inoperancia del Sename y la impotencia ante la muerte de Lissette en uno de los Centros, hace un llamado a no olvidar la deuda con los niños y niñas. «Es el momento de tocar la campana con toda la fuerza posible, para que nos demos cuenta de que ese es el país que queremos construir. Un país que proteja a los niños, niñas y adolescentes».
«Chile se comprometió en 1990 a crear un sistema de protección y promoción de los derechos de la niñez. Ha habido una seguidilla de proyectos que han terminado en absolutamente nada (…). A los niños los mandamos a un rincón, donde están confinados y decimos que son primeros en la fila».