Anoche se había pronosticado una interesante cartelera con el UFC Vegas 21. Regresaba el aspirante al peso welter Leon Edwards para enfrentarse al ascendente en la división Belal Muhammad en el evento principal.
La pelea estelar estaba programada originalmente para que Edwards se enfrentara a Khamzat Chimaev, pelea que ya se había retrasado dos veces debido a que ambos se contagiaron de coronavirus. Este último ha seguido lidiando con los efectos persistentes de la enfermedad, hasta el punto de que incluso pareció por momentos que iba a retirarse del deporte.
Fue así como Muhammad recibió la llamada con poco tiempo de antelación.
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— danawhite (@danawhite) March 14, 2021
La previa al UFC Vegas 21
Edwards tenía un combate programado con Tyron Woodley el año pasado, pero la pandemia impidió que esos planes se llevaran a cabo. Luego de una larga negociación, se acordó el desechado combate entre Edwards y Chimaev pero por baja del luchador checheno la pelea fue con Muhammad.
Muhammad perdió dos de sus tres primeros combates en el octógono, que incluyeron derrotas ante Vicente Luque y Alan Jouban, pero desde entonces había ganado ocho de nueve peleas y llegaba a este combate con una racha de cuatro victorias consecutivas.
Edwards vs Muhammad
La clave principal de los éxitos de Muhammad es el ritmo que imprime en sus peleas. Ejerce presión sobre sus oponentes con sus golpes y no le gusta aflojar, y esa misma dinámica es la que utiliza cuando intenta llevar la pelea al suelo. Desde esta perspectiva el luchador de orígenes palestinos empezó por adueñarse del centro del octágono.
Pero Edwards en el primer asalto es el que conectó más disparos desde su mayor distancia, aprovechando su ventaja de altura y alcance, el que mantuvo el tempo de la lucha y el luchador que fue superior. Edwards demostró ser el combatiente más explosivo gracias a su rápidez en la ejecución de técnicas de piernas. Es más, una patada sólida a la cabeza de Muhammad fue el golpe más significativo de un asalto que se decantó claramente para el británico.
A pesar de que el palestino podría haber sido capaz de hacer retroceder a Edwards con un alto volumen de golpeo, el inglés, al verse un poco abrumado por los golpes de su rival, llevó la pelea al ‘clinch’ para asegurar el asalto con su control.
Llega encendido Edwards y está presionando #UFCVegas21 pic.twitter.com/g89f9wsYd5
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En la primera ronda ya había sido advertido Edwards por el árbitro al atacar con las manos extendidas, por el peligro que suponía dañar los ojos de su rival. Nada más iniciarse las hostilidades en la segunda ronda, Edwards volvió a extender la mano mientras conectaba una patada a Muhammad.
El luchador palestino fue lesionado en su ojo, el dolor y la frustración hicieron que llorase desconsoladamente, de tal manera que el árbitro al ver que no se recuperaba suspendió la pelea.
El juez dictaminó un «No contest», pelea sin decisión. Es una regla un tanto polémica, ya que el que efectúa la infracción, aunque no fuera intencionada, no acaba siendo el único sancionado.