Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con Waleska Ureta, Directora Nacional del Servicio Jesuita a Migrantes.
Una serie de críticas ha recibido la nueva ley de migración, de la que se valora la institucionalidad, pero se cuestiona que no considera las realidades del continente y crisis humanitarias como la de Venezuela.
Ureta comenta: “Vemos un avance en la nueva ley en términos de la institucionalidad que va a otorgar, que podrá resolver uno de los temas más críticos que son los tiempos de espera para visa, que promedia los 18 meses actualmente. También el Consejo de política migratoria, un consejo intersectorial, que va a revisar la ley cada 4 años, porque debiera considerar la migración como algo dinámico”.
“El año pasado ingresaron 16 mil personas por pasos no habilitados, de las que se tiene registro. Esto habla de que la crisis humanitaria en Venezuela es muy importante”, puntualiza.
“Ahora le ley faculta a la persona descubierta ingresando por un paso no habilitado devuelto a la frontera. Eso nos preocupa, las denominadas devoluciones en caliente, porque podría llegar a constituir una vulnerabilidad de derechos de las personas que ingresan y también las personas que quisieran pedir refugio no tienen la posibilidad de hacerlo”, agrega la Directora Nacional del Servicio Jesuita a Migrantes.
Cambio en la ley y visas para migrantes
“Otro de los aspectos que nos preocupa, tiene que ver con que hay un cambio radical en la ley con respecto a las visas. Con esta ley, los migrantes tienen que devolverse a sus países y hacer solicitud de visa en el consulado y esperar en su país de origen. Las personas migrantes no necesariamente tienen redes de contacto acá para conseguir trabajo. Esto podría llegar a generar que exista más irregularidad y mayor número de migrantes indocumentados en el país, porque no van a poder cambiar su estado migratorio acá”, señala Ureta.
“Las personas que entraron de manera regular antes del 18 de marzo de 2020 y que se les venció la visa, van a poder hacer un proceso regulatorio en Chile. Quienes ingresaron por paso no habilitado después del 18 de marzo de 2020 y no tienen visa tienen 180 días para salir del país y pedir visa en los consulados o embajadas”, puntualiza.
“Un país puede definir cuota de ingreso y esta nueva ley da esperanza de que esto se pueda evaluar periódicamente”, agrega la Directora Nacional del Servicio Jesuita a Migrantes.
Control de fronteras
Waleska Ureta dice: “Obviamente hay que hacerse cargo del control de fronteras, pero también de cómo viven esas personas en sus barrios. Es importante que se promueva la responsabilidad de cuidar las fronteras, es importante que vaya aparejado con medidas inclusivas.
“Frente a la crisis humanitaria de Venezuela, debiese salirse solamente del tema del control fronterizo. Asumir que es una crisis humanitaria y tener coordinación con otros países de la región. Pensar en control fronterizo, pero también en temas de protección. Las personas venezolanas debieran considerarse como sujetos de refugio. El 2016 Chile anunció medidas especiales para venezolanos, pero en 2018 se cambiaron las medidas administrativas con otro esquema. En el caso de Haití, es el tercer flujo migratorio más alto que tiene Chile. Para ellos, opera el mismo sistema”, complementa.
“Los tiempos de espera de las visas es algo que preocupa muchísimo y la nueva institucionalidad se torna como una esperanza de que esto mejore”, agrega la Directora Nacional del Servicio Jesuita a Migrantes.