El «álbum verde» de Weezer salió a la luz hace exactos 20 años, un 15 de mayo de 2001. Y en su lanzamiento, todos los críticos especializados que hirieron los sentimientos de Rivers Cuomo al decir que «Pinkerton» de 1996 era malo lo anunciaron como un regreso a la forma.
Y quizás tenían un punto, en el sentido de que estas canciones le debían más a la efervescencia pura del álbum debut en la superficie. Y, de paso, definió el sonido de la banda para las siguientes 2 décadas.
Un ambiente tenso antes de entrar al estudio
El 23 de octubre de 2000, Cuomo anunció que Weezer comenzaría a grabar material «con o sin» un productor. Sin embargo, su sello Geffen Records decidió que la banda contratara a un productor discográfico debido al fracaso comercial del autoproducido «Pinkerton».
Weezer comenzó a ensayar y arreglar tanto las canciones de mediados del 2000 como el material más nuevo que Rivers Cuomo había escrito en su casa con el ingeniero Chad Bamford. La banda finalmente decidió volver a trabajar con Ric Ocasek, quien también había producido su álbum debut, como productor.
Canciones más sencillas de la pluma de Rivers Cuomo
Después de la recepción mixta a «Pinkerton», Rivers Cuomo escribió canciones más sencillas con letras menos personales; dijo las canciones «muy intencionalmente, no sobre mí. No sobre lo que estaba pasando en mi vida, al menos de manera consciente». Las sesiones de grabación comenzaron a principios de diciembre, con Ocasek proporcionando comentarios por teléfono. El 27 de diciembre, la banda se embarcó en lo que serían cerca de seis semanas de trabajo de estudio tocando canciones repetitivamente para rastrear las partes de bajo y batería. También hicieron «tomas de scratch» de la voz y la guitarra, diseñadas para obtener pistas de ritmo precisas antes de ser rehechas de manera más eficiente más adelante en el proceso de grabación. Mientras grababa el álbum, Weezer continuó actuando bajo el seudónimo de Goat Punishment.
Durante las sesiones de grabación, un ejecutivo de Geffen Records visitó para observar el progreso de Weezer y expresó su descontento con varias pistas. Esta retroalimentación finalmente obligó a la banda a descartar algunas de las posibles canciones del álbum. La banda se mudó durante tres semanas a un estudio más pequeño en otra parte de Cello Studios donde Cuomo y Bell trabajaron en tomas de guitarra mientras toda la banda grababa las pistas vocales. Ocasek dijo: «Rivers siempre hace sus partes de guitarra en una sola toma». La mezcla comenzó el 31 de enero por Tom Lord-Alge en South Beach Studios dentro del Marlin Hotel, Miami Beach, Florida.
El disco con el que Weezer definió su sonido para siempre
El «álbum verde» es en cierto modo el disco perfecto de Weezer. Combina todos los tropos clásicos: guitarras distorsionadas, muchas melodías armonizadas y letras simples que se ocupan de la autocrítica más holgazana mientras miran el mundo de reojo. Con los singles «Hash Pipe» y «Island In the Sun», Weezer se tomó el mundo en el comienzo del siglo XXI
Al tomar las críticas que sufrió de manera muy personal debido a la recepción de su álbum anterior, Rivers Cuomo reaccionó con algo que sonaba hábil y cumplía todos los requisitos. Y, de paso definir el sonido de Weezer para los siguientes 20 años.