De la aprobación del cuestionado proyecto minero Dominga conversamos en Palabras Sacan Palabras con el abogado de Oceana, Ezio Costa.
«Hay una situación poco habitual porque el Servicio de Evaluación Ambiental, cuando aprueba proyectos, este servicio siempre defiende el proyecto diciendo que si lo aprobó, debe defender su decisión. Por eso a un lado vemos al Estado y las empresas; y en el otro a las comunidades».
Proyecto Dominga
«En este caso, no lo hizo el Servicio. No defendió su decisión y el plegarse a lo que dijo el Tribunal Ambiental, y llevar esto a votación, muestra de que el ánimo del Gobierno era darle una vía más simplificada y una aprobación antes que concluyera su Gobierno y efectivamente así lo hicieron».
Palabras de Ezio Costa
«Es grave esto, porque se quiere construir frente a una reserva protegida: la reserva Pingüino de Humboldt, donde esta Punta de Choros, donde viven pingüinos, ballenas, fauna marina, etc. Hay una vida que es llamativa a nivel global, por eso ha habido voces de todo el mundo rechazando este proyecto. Esa riqueza marina da trabajo a miles de personas que viven en ese borde costero, que vive de la pesca, del marisco del turismo. Están en riesgo sus fuentes laborales y en riesgo el patrimonio que es muy frágil y es el tipo de territorios que tenemos que proteger si tenemos que hacer frente a esta crisis ambiental que nos tiene sin lluvias, desertificando el territorio».
«Ha sido un proyecto con mucha discusión política. La familia Delano es la dueña del proyecto y ha habido muchas acusaciones en torno al mismo proyecto. En algún minuto estuvo la situación de Pablo Wagner, quien habría estado presionando para que se aprobara la minera».
«Hubo acusaciones de los Servicios públicos de Coquimbo que se les estaba dejando al margen por parte del Servicio de Evaluación Ambiental que dejó al margen la postura de la Conaf sobre el proyecto. Si hasta renunciaron en algún minuto los ministros de Hacienda y Economía porque este proyecto se rechazó. Es claro que hay una presión desde el mundo de la minera y de los inversionistas para que este proyecto se apruebe; a pesar de los efectos que puede provocar. Vamos a tener una Constitución Ecológica para que este tipo de cosas dejen de pasar».