Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con el abogado querellante Esteban Ovalle.
10 años se cumplieron del fatal accidente del avión Casa 212 de la Fach que cayó en Juan Fernández arrebatando la vida de 21 personas, entre ellas, el animador Felipe Camiroaga. Se habla de un vuelo suicida: el avión iba sin tanques auxiliares de combustible, para privilegiar más pasajeros, lo que lo obligaba a ser un vuelo “sólo de ida”, lo que no fue sindicado así desde un inicio.
A 10 años de la tragedia de Juan Fernández
«Es una tremenda tragedia, no solo por la enorme negligencia de la Fach y del fisco, sino por el impacto que ha tenido en las familias. Estas heridas cada 2 de septiembre tienden a abrirse. Ha sido doloroso para las familias. Se ha dicho que este es un vuelo suicida, más bien homicida, porque los pilotos sabían al momento de despegar que iba a ser difícil aterrizar y que era un vuelo sin retorno, sin posibilidad de volver al continente o de aterrizar en un aeropuerto alternativo. Al momento de despegar sabían que no estaban las condiciones de aterrizar. Despegaron y sabían que podrían tener un accidente», señala Esteban Ovalle sobre el accidente del avión Casa 212.
La teniente Fernández llamó 6 veces a meteorología y le confirmaron los vientos que habría en la pista esto no es solo de los pilotos, esto se sabía al interior de la Fach. Todos sabían, estaba la información meteorológica de todos esos días y particularmente de ese día. Pero lo más grave, es que este vuelo, como era en septiembre, con vientos fuertes, este vuelo estaba planificado para tener la capacidad de retorno. Para ir a un aeropuerto alternativo, pero eso se eliminó para subir a otras 6 personas. Entonces sacaron los tanques de reserva. No queda claro quien tomó la decisión de retirar esos tanques», agrega.
«Hay cierto grado de impunidad, desde los pilotos hacia arriba, y de quienes presionaron a los pilotos para realizar este vuelo sí o sí. Los pilotos debieron haber rechazado este vuelo y además al intentar aterrizar volaban a baja altura en el canal Santa Clara, donde hay vientos de guillotina en malas condiciones que son capaces de botar el avión. Este es un caso en que ha habido muchas sanciones y condenas contra los responsables, desde el punto de vista civil, pero los coroneles y generales, antes de ser notificadas las sanciones, pasaron a retiro y eludieron las consecuencias de esas sanciones. La justicia militar determinó que los responsables eran los pilotos. Y luego hubo dimes y diretes y se extendió la investigación penal a coroneles y generales, pero no fue posible continuar. Aún existe la posibilidad de ampliar la investigación por cuasi delito de homicidio», añade.
Proceso civil del Casa 212
«Se ha hecho bastante y falta que termine el proceso civil que viene de Valparaíso. El de Santiago fue sentenciado por la Corte Suprema de manera definitiva. Ese es de una familia, mientras que el de otras 15 familias sigue en Valparaíso. Está pendiente que la Suprema se pronuncie del caso de Valparaíso y luego habrá que ver si la investigación criminal se reabre respecto a quienes habrían presionado a los pilotos para llevar a cabo el vuelo suicida u homicida», apunta.
«No sé si hubo presiones, pero hay antecedentes que los pilotos actuaron de manera tal que daba lo mismo si la condiciones del tiempo eran buenas o malas. Ellos sabían que las condiciones eran horrorosas y ejecutaron el vuelo igual, por qué? Raro no? Pasaron el punto de pérdida de comunicaciones sin verificar información de condiciones del tiempo en el archipiélago. Porque tenían que hacer el vuelo sí o sí. Eso hace suponer que también habían presiones de por medio. Eso da cuenta que los pilotos actuaban como si no tuviesen la alternativa de rechazar el vuelo», indica el abogado querellante.
Negligencia de parte de la Fach
«Los pilotos, en el papel, la decisión es de ellos. Y si los pilotos deciden ejecutar ese vuelo, es una negligencia de ellos haber decidido este vuelo. Luego ellos volaron en zona de torbellino que botó el avión. La historia podría cambiar si se acreditase, más allá del papel, estos pilotos sufrieron presiones o instrucciones para ejecutar el vuelo. Pero aún así, ellos tenían la capacidad o la facultad para decir que no. En el fallo de la Corte Suprema del primer caso civil, hay un conjunto de decisiones en que se va resolviendo que esto es un problema no es respecto a haber volado a baja altura sino de la decisión de haber llevado a cabo este vuelo y esa decisión supera a la tripulación. Esa resolución da pie para decir que supone la negligencia de la Fach», concluye Esteban Ovalle.