Para analizar una nueva conmemoración del 18 de octubre, y sobre las urgentes reformas en la Convención Constitucional según Plataforma Telar, conversamos en Palabras Sacan Palabras con el cientista político de la Universidad Católica y miembro de Telar, Juan Pablo Luna.
«Plataforma Telar es una iniciativa que trata de entender cómo funciona la Convención Constitucional, otra que se discute en los medios, y la tercera tiene que ver con recoger opiniones ciudadanas a través de trabajo en terreno, en distintos segmentos de la población chilena».
«El estallido social tiene antecedentes micro, antecedentes previos de protesta, de malestar donde se veía a nivel territorial, y creo que lo que surgió en el 18 es una serie de razones con la mala gestión del gobierno, la figura del gobierno, problemas económicos, donde se genera una cascada de acción colectiva, y va interactuando con las malas políticas del gobierno y va escalando los días siguientes».
Estallido social
«Para mí el estallido lo que tiene de significancia mayor es que es la primera vez en que las élites políticas, económicas e intelectuales, los problemas les explotan en la cara; luego de no estar en contacto con ellos por años, subestimarlos. Se negaban estos conflictos, este malestar, esto generaba un descontento con el privilegio en la sociedad chilena. Tenemos una sucesión de hechos de corrupción del poder judicial; fuerzas del orden, empresas, políticos, que de alguna manera refuerzan el privilegio, y que algunos tuvieran vidas más dignas que otras personas».
«Hay una evolución fragmentada. Creo que las elites quedaron descolocadas, esto ambienta una impugnación al movimiento. Si uno piensa en sectores populares, hay una activación política que no pasa solo por protestar, sino de participar en procesos electorales, donde se ve el resultado del plebiscito. Hay una sobre interpretación del estallido, donde se trata de representar este evento histórico».
Desconfianza
«Algunos están desconfiados con este proceso de cambio, con el costo social de la pandemia y de la crisis política, y que hoy se encuentran alineados con el proceso político. En algunos lugares el estallido sólo se vio por televisión. Otras partes en que el proceso constituyente es totalmente ajeno a sus vidas. Hay una polarización de las elites políticas donde se rechaza la protesta social, y a la gente no le hace sentido, les hace más sentido sus problemas de seguridad, vivienda, ahora la inflación».
«Lo que hay es un malestar con el modelo, y se hace difícil de recomponer, no sólo lo digo por los derechos sociales básicos; sino también por las contaminaciones ambientales a las poblaciones. Lo que se ve en algunos sectores es la nostalgia por el orden perdido, con una esperanza en el proceso de generar más dignidad. Como extranjero me asombra sobre la obsesión del chileno con la solución instantánea. Este proceso no tiene soluciones lineales, se construyen reconstruyendo lo social y lo político».
«Y una sociedad cuyos individuos están fuertemente acostumbrados a funcionar en clave individual. El proceso no terminará en esta elección, en sectores populares; la gente visualizaba dos políticas, la tradicional donde se aborrecía, y la política nueva que está en la Convención Constitucional; donde se espera algo diferente. Si eligieron a Elisa Loncón, que es mujer y mapuche, como presidenta de la convención, quiere decir que quizá la convención funcione distinto a las instituciones que acostumbramos a ver».
«Con el correr del tiempo, mi visión es que naturalmente ha habido un proceso de desencanto paulatino, una desesperanza con el proceso constituyente. El proceso constituyente sigue estando muy lejano de los sectores populares. Si se pregunta sobre los quórums; en los sectores populares no se va entender de qué se habla. Es posible que cuando se empiece a trabajar en temas más cercanos a las preocupaciones de la gente; con procesos participativos, eventualmente se recuperará esa esperanza» cerró Juan Pablo Luna.