Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con el socio director de Subjetiva, Sergio España.
Un reciente estudio elaborado por el Laboratorio Constitucional de la UDP y la consultora Subjetiva, demostró que a raíz del estallido social del 18 de octubre del 2019 y posterior plebiscito constituyente de mayo del 2021, la ciudadanía cambió sus motivaciones respecto a la participación electoral y política. De acuerdo a la medición, el proceso de cambio político iniciado a partir del estallido social ha modificado las percepciones de quienes habitualmente no votan en las elecciones, pero también, ha incidido entre los que empezaron a hacerlo desde las elecciones presidenciales del 2017.
Estudio cualitativo
“Primero señalar que es un estudio cualitativo, no es una medición, porque lo que buscamos son los relatos que podemos percibir respecto de la decisión de no votar. Partimos el 2017 viendo por qué el 50% de las personas no votan, buscamos las razones de ello, y observamos que el ciclo político que abre el estallido social comienza a incidir en los relatos de quienes no votan, y de los que empezaron a votar desde la elección del 2017”, asegura Sergio España.
Rechazo a votar
“Hemos encontrado que el rechazo a votar está más fundamentado, hay un mensaje político y no solo hay un desagrado o ira contra todos los políticos corruptos, ladrones, etc. Se conceptualiza de una manera distinta la decisión de no votar, el abstencionismo duro está expresando que su «no voto» es una señal política, y eso puede ser importante, porque es un reconocimiento al sistema político”, afirma el socio director de Subjetiva.
Votantes y nivel de confianza
“Respecto de los nuevos votantes, hay un nivel de confianza que va creciendo respecto de la posibilidad de un cambio real, y eso está influido por la conformación de la Convención Constituyente, la elaboración de una nueva carta fundamental, y un reajuste del poder. Ahí sale la necesidad de otra por un cambio o por un mal menor para seguir avanzando”, señala Sergio España.
Quiebre del 88
“En el año 88 hubo un quiebre, y ese quiebre hace que las personas tomen posición, en ese momento fue democracia o dictadura, pero posterior a eso no las personas no toman posición respecto de la decisión de la votación. Lo que observamos es que lo que pasó el 18 de octubre y lo que pasa con la Convención, es una motivación a la participación electoral y política”, indica el socio fundador de Subjetiva.
Votante probable
“Siempre estamos preocupados del votante probable, y poco se sabe de quienes no votan, un estudio cuantitativo del perfil de estas personas. Entre los perfiles está “el incrédulo” es el que no cree, por eso no vota, no siente que el sistema político va a resolver sus problemas. También se siente que su no voto provocará algo, la consecuencia es que no se hacen responsables”, afirma Sergio España.
El Ilusionado
“’El ilusionado’ es un segmento que crece, entre los votantes jóvenes, y que tiene que ver con lo ocurrido en el estallido social. Está la confianza de que el sistema político funcionará finalmente, y producirá los cambios. Y “el confiado” son los que votan y que participan políticamente, está anclado en lo territorial, en lo comunitario, y está involucrado en la solución de esos problemas”, agrega el socio fundador de Subjetiva.
Polarización
“No se puede especular, creo que hay muchas variables, y la pregunta es si el cuadro de polarización va a motivar o va a retraer. Me da la impresión de que los votantes jóvenes que no participaron en la elección de mayo, si lo hicieron en el plebiscito de noviembre, y esta disputa de los polos llevaría a ese segmento a votar, no los va a inhibir”, concluye Sergio España.