El FC Barcelona y el Nápoles se jugarán el pase a los octavos de final en el partido de vuelta, tras el empate (1-1) visto este jueves en el Camp Nou, en la ida de los 16avos de final de la Europa League.
Pese a ser mejores que el Nápoles y tener muchas más oportunidades, no entró nada más que un penalti botado por Ferran Torres que sirvió para empatar y dejar todo abierto –no hay ya valor doble de los goles fuera de casa–.
Torres, pese a ese empate desde el punto fatídico (en un penalti por mano revisado en el VAR), no estuvo acertado. No metió ni una de las muchas oportunidades claras que tuvo en juego. Estuvo en el sitio, sí, y trabajó, pero no estuvo para nada fino. Y el Barça lo pagó dejando escapar una victoria que, por ocasiones y dominio, pudo y tuvo que ser suya.
Será el estadio Diego Armando Maradona de Nápoles el que decida quién pasa. El Camp Nou, donde por primera vez sonó el nuevo himno de la Europa League pues el Barça jugó la antigua Copa de la UEFA por última vez en 2004, no pudo ver a su equipo ganar y festejar, pero sí lo vio dominar a un Nápoles de nivel ‘Champions’, tercero en la Serie A, que acabó sufriendo.
Barcelona y Napolés no se hicieron daño
Y eso que se adelantó a la media hora de juego con gol de Zielinski. En una jugada de Elmas por la derecha, el Nápoles aprovechó la segunda ocasión que tuvo. O tercera, pues el primer disparo del polaco Piotr Zielinski lo desvió Ter Stegen, pero su rechace le cayó perfecto al mismo Zielinski que, a la segunda, le superó por potencia para abrir la lata.
Le costó unos minutos al Barça recuperarse del golpe, pero lo hizo. Fue encerrando al Nápoles en su área, y pese a tener la posesión y disparar hasta en 21 ocasiones, sólo 5 de esos tiros fueron a puerta y, salvo el penalti, fueron indoloros para el portero Meret y su defensa, la que menos goles encaja en la Serie A, solo 17 en 25 jornadas.
Esa falta de acierto la pagó cara el Barça. Puede que falte un hombre gol. Últimamente, como en el derbi ante el Espanyol (2-2), lo está siendo Luuk De Jong y el neerlandés entró en sus minutos dorados, los últimos, y con una chilena estuvo a punto de lograr el tanto. Antes, Pierre-Emerick Aubameyang luchó en su estreno como titular, pero sus disparos se fueron lejos del arco.
Peor le fue, eso sí, a un Ferran Torres que terminó el partido desquiciado, desalentado, pese a que su gol da vida al Barça para la vuelta. Y es que, en los minutos 88 y 92, tuvo dos ocasiones clarísimas fruto de buenas jugadas colectivas que no supo culminar, pese a tener todo de cara en ambas.
Goles
En el minuto 65 de partido, con empate en el marcador tras la igualada de Ferran Torres y con el Barça en busca de la remontada, se produjo un triple cambio. Entraron Gavi y Sergio Busquets, pero el protagonismo se lo llevó un Ousmane Dembélé recibido con una sonora pitada de la que todavía es su afición.
Ante su ‘no’ a renovar ni a querer salir en el mercado de invierno, el ‘culer’ respondió por amplia mayoría con esas pitadas que se repitieron en las primeras acciones de juego del extremo francés. Unas pitadas que pudieron afectar al rendimiento de un Barça que fue a menos tras esos cambios y no dio sensación de peligro.
Pese a los pitos, y a empezar algo gris, Dembélé acabó por ser el revulsivo que necesitaba el equipo de Xavi Hernández. Abrió espacios por la derecha, envió buenos centros a sus compañeros pero tampoco pudo ser más decisivo.
Este Barça errático, pero dominador, deberá afinar puntería para la vuelta y, de ser así, parte con opciones de eliminar a un Nápoles de Spalletti que también deberá mejorar, y mucho.