Hoy se cumplen 58 años de la llegada de John, Paul, George y Ringo a Estados Unidos. Aterrizaron en el aeropuerto JFK de Nueva York y la vida de los norteamericanos jamás fue la misma.
Los Beatles arrasaron con todo en aquella primera visita, provocando una especie de Big Bang para una generación completa de chicos que eran muy chicos para haber vivido el rock and roll en los 50, pero que en canciones como “I Want To Hold Your Hand”, número 1 en esos días, veían un mundo nuevo abrirse frente a sus ojos. Pura magia de rock and roll proveída por 4 chicos de Liverpool, vistos por 73 millones de personas en The Ed Sullivan Show.
Para seguir festejando este hito definitivo de la historia del rock, hoy quisimos escarbar en la ampliamente documentada primera vez de los Beatles en Estados Unidos y quedarnos con algunos hechos curiosos, esas cosas que no se podían apreciar a primera vista y que contribuyeron a una de las crónicas más épicas del Siglo XX.
El mito de pago de publicidad para el primer single
Cuando los Beatles llegaron a Estados Unidos, estaban en el primer lugar de las listas gracias al éxito de “I Want To Hold Your Hand” y, según cuenta la leyenda, iban a estar ahí de cualquier forma. Si no era por la vía natural, con un poco de ayuda del sello Capitol, que debían seguir las órdenes de Brian Epstein, mánager de la banda, e invertir 40 mil dólares en la promoción del sencillo. Antes de que siquiera se gastara un solo dólar en ese ítem, el sencillo llegó al tope.
Murray the K, ¿el «quinto beatle»?
Murray The K era un popular DJ de Nueva York, que se comprometió con la causa beatle desde la WINS del dial AM. Pasando singles y cortes de LPs, sacando a los Fab Four por conversación telefónica desde el hotel, y haciendo la previa a esa primera vez de la banda en el show de Ed Sullivan. Y fue él mismo el que se autodenominó “el quinto beatle”… un título que al menos tres personajes del círculo interno sin duda que merecían más. De todas maneras, pasó a la historia con ese apodo autoimpuesto.
Una gripe que dejó en cama a George Harrison
Había actividades de promoción previas a la noche del domingo 9 de febrero. Unas fotos en Central Park y unas cuantas vistas. Y las fotos que dan cuenta de ello nos muestran a Lennon, McCartney y Starr… pero no a Harrison. George, a 2 semanas de cumplir 21 años, cayó en cama enfermo, con 38 grados de fiebre, y se quedó en el hotel bajo los cuidados de su hermana, Louise, que vivía en los Estados Unidos. Harrison ni siquiera fue al ensayo en el estudio de TV, el sábado 8. Su lugar en cámara fue cubierto por Neil Aspinall, el fiel roadie y compañero de toda la vida de los de Liverpool.
La Rickenbaker 360 de 12 cuerdas
Mientras George Harrison hacía reposo en el hotel para recuperarse el sábado 8 de febrero, los Beatles tenían una serie de actividades programadas. Una de ellas, una parada en el Savoy Hilton Hotel, donde el presidente de Rickenbacker, F.C. Hall, había organizado una muestra de nuevos instrumentos para que la banda los viera. Uno de ellos era la guitarra modelo 360, de 12 cuerdas. John Lennon sugirió que podría ser del gusto de su compañero Harrison, y se la llevaron a George al hotel. Al volver a Inglaterra, el más joven de los Beatles la comenzó a utilizar de inmediato, siendo parte fundamental del sonido del tercer disco de la banda, “A Hard Day’s Night”.
El set grabado para el 23 de febrero
A las 8 de la noche del domingo 9 de febrero, los Beatles saldrían por televisión en vivo y en directo tocando por primera vez. Sin embargo, no fue el primer set que hicieron ante las cámaras ese día. Durante la tarde, la banda dejó grabada una presentación con tres canciones (“Twist And Shout”, “Please Please Me” y “I Want To Hold Your Hand”) que recién sería emitida el domingo 23 de febrero, un día después de que ya estuviesen de vuelta en Inglaterra. La magia de la televisión hizo que los Beatles tocaran en vivo durante tres domingos consecutivos ante audiencias de millones.