Los beneficios de una copa de vino después de cada comida ya están en el inconsciente colectivo. Y es que desde hace décadas que creemos que el consumo diario del licor de vino aporta al bienestar de los adultos.
Es por esto que diferentes estudios se han tratado de comprobar esta creencia. Algunos descubrieron que el consumo sistemático de vino reduce los niveles de colesterol; riesgos de correr enfermedades cardiacas, e incluso prolongando los años de vida.
Esto se debería a los compuestos antioxidantes del licor, los que previenen el daño de celular causado por la inflamación y el estrés oxidativo. Según reporta Health Line, estas condiciones pueden dañar las células del cuerpo a largo plazo.
¿Beneficios o daños a la salud?
Sin embargo, diferentes investigadores han comenzado a cuestionar los beneficios. Un estudio realizado el 2019 en China y publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos es uno de los detractores.
En la investigación se entrevistó a más de 500.000 personas. El 30% de los hombres respondió que consumía el alcohol semanalmente; mientras que el 2% de las mujeres confesó hacerlo.
Los profesionales investigaron a fondo a los consumidores para saber si padecían de variantes genéticas que hicieran que el consumo de vino les hiciera mal.
Sin embargo, descubrieron que cualquier consumo de alcohol (diario o esporádico) aumentaba la presión arterial y el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
Por otra parte, las personas con estas variantes perjudiciales corren más riesgo de sufrir dichos accidentes. Entonces ¿es bueno consumir vino? Los expertos aseguran que el secreto está en la moderación.
«Independiente de los posibles beneficios para la salud, beber alcohol en exceso puede hacer más daño que bien», concluyó Medical News Today.
Asimismo, los beneficios del vino provendrían de las uvas y no del trago en sí. Es por eso que diferentes expertos recomiendan el consumo de la vid en vez del licor morado.