Debido al Día de San Patricio, en radio ADN conversaron con un experto y catador de cerveza, Pascual Ibáñez.
Recordemos que uno de los símbolos más representativos de esta celebración son esta bebida alcohólica, de la que precisamente Ibáñez es un experto.
“Hay cervezas para todos los gustos. Yo siempre digo que no hay nadie que diga ‘no me gusta la cerveza’. Sería igual que decir ‘no me gusta comer’, porque también hay cervezas hasta sin alcohol”, explicó el catador, quien también mencionó que este trago tiene cuatro ingredientes principales, los que pueden variar para hacer un producto de especialidad o híbrido.
“La mujer ha ido escalando pasos en el consumo de cerveza, porque estaba asociado a lo machista, a los partidos de fútbol. Estamos demasiado alienados y eso no es positivo, no es lógico en el comer y en el deber. Somos hombres y mujeres, o cualquier persona, muy similares a la hora de tener gustos, desde luego”, comentó Ibáñez en conversación con el Ciudadano ADN.
En línea con lo anterior, el catador añadió que “la cerveza además, por sus propiedades, es perfecta para la mujer que puede soportar por su composición corporal, menos el alcohol que el hombre”.
“La cerveza lo que más tiene es agua y una serie de propiedades como vitaminas, minerales, ácido salicílico que de alguna manera aporta a los huesos. Es hidratante, diurética, y además es la bebida de la moderación. Mucho más saludable que cualquier cóctel donde el alcohol base puede estar en 10 grados, más la cantidad de azúcar que suelen tener una buena parte de esos cócteles”, comentó.
¿Cuál es el origen de la cerveza?
Algunas voces dicen que la cerveza le atribuye su origen a los irlandeses. Ante esto, Ibáñez fue terminante: “¡No…qué va!”, dijo.
“Ningún pueblo de la humanidad puede atribuirse eso, porque la cerveza parte con el hombre del paleolítico y es un fermento que se descubre casualmente. Algunos antropólogos dicen que el hombre antes de asentarse, al consumir raíces, semillas y masticarlas, ya generaba en la salivación guardándola en algún cuenco, una especie de fermento que son las predecesoras de la cerveza”, explicó.
A lo anterior, el sommelier añadió que “cuando el hombre descubre el cereal y aprende a comerlo, empieza a manejarlo. Muele esos cereales, agrega agua, hace un engrudo, lo deja reposar y ambos fermentos cuando tenían menos líquidos, eran el pan que lo cocían para que fuera más agradable, y cuando eran más líquidos, eran la cerveza”.
Pascual Ibáñez lo dijo sin tapujos: “beber de la botella o de la lata, es de trogloditas”.
“Yo respeto todo, pero si queremos saber el olor y el sabor que tiene en toda su proporción, beber de la botella nos va a ahogar con ese gas carbónico que tiene encerrado y que no libera y nos va a hacer la panza abultada”, explicó el experto, quien también mencionó que su postura frente a este tema tiene relación con considerar a la cerveza una prima hermana del vino.
Así el sommelier detalló que prefiere beber este trago en copa ancha, al igual que el vino, la que le permite “generar un par de dedos de espuma, que es positivo porque retiene aromas, evita la pérdida del carbón y de lo que tiene la cerveza. Sabe y huele mejor”.