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«Deep Purple in Rock»: cuando la MK II presentó su glorioso debut

Lanzado el 03 de junio de 1970, el disco es clave en la historia de una de las bandas fundamentales de la historia del rock, y el favorito de los pioneros del heavy metal para Bruce Dickinson.

Hector Muñoz |

Deep Purple 1970 Web

Con sus primeros tres discos («Shades of Deep Purple» y «The Book of Taliesyn», ambos de 1968, y el homónimo de 1969); Deep Purple fue más que nada experimentos de rock progresivo influenciados por la escena psicodélica de finales de la década. Sin embargo, Ritchie Blackmore quería un sonido más contundente y probar un rock más pesado. Y para lograrlo, decidió despedir al vocalista Rod Evans y al bajista Nick Simper; formando la alineación más exitosa de la banda; la conocida como Mark II: Ritchie Blackmore en guitarra; John Lord en teclados; Ian Paice en batería; y las nuevas incorporaciones, el cantante Ian Gillian y el bajista Roger Glover. Había nacido la MK II.

El primer momento glorioso en el estudio de la MK II lo encontramos en «Deep Purple in Rock», el cuarto álbum de estudio de la banda, lanzado hace exactos 50 años, un miércoles 03 de junio de 1970. Y desde su portada nos arroja una declaración de principios; mostrando los rostros de los cinco músicos esculpidos en el Monte Rushmore; reemplazando a los cuatro presidentes de Estados Unidos. Quedaba claro: a partir de ese momento, iban a convertirse en amos y señores del rock; tal como ellos mismos lo aseguraban por entonces: «Tocábamos cada instrumento lo más fuerte que podíamos. El sonido saturaba la grabación, había un enfoque abstracto hacia la música. ‘Deep Purple’ se convirtió en una bestia de interpretaciones individuales, como si fuera jazz rock, disfrutábamos de esa libertad».

«Deep Purple in Rock» es considerado como uno de los pilares fundamentales del hard rock, y uno de los responsables de plantar las primeras semillas del heavy metal junto con sus coetáneos Black Sabbath o Led Zeppelin, y el corte de apertura lo dice todo: «Speed King». La distorsionada y caótica introducción de la endemoniada guitarra de Blackmore da paso a la suave melodía de teclado de Lord, un contrapunto que desemboca en el potente riff principal de guitarra y las letras del imponente Gillian. El track muestra una constante del álbum: una espectacular sección intermedia donde la guitarra de Blackmore y el teclado de Lord batallan sin compasión alguna.

De hecho, «Speed King» es la canción con la que Bruce Dickinson descubrió a Deep Purple, tal como lo recordó en una entrevista en 2018: «Caminaba de un lado a otro por el pasillo del internado y escuché esta raqueta que venía de detrás de una puerta. Pensé ‘oh, Dios mío, ¿qué es eso?’. Entonces, toqué la puerta y este chico mayor abrió y me miró con una gran sonrisa burlona. Pregunté, ‘¿quién era ese?’ y me dijo ‘oh, es Deep Purple si debes saberlo. ‘Speed ​​King» y cierra la puerta. Eso fue todo, estaba enganchado».

La voz de Iron Maiden revleó que este es su disco favorito de Deep Purple: «Solíamos tener pequeñas subastas en la pensión. Las personas no tendrían suficiente dinero y no tendrían suficiente dinero para pagar su factura en la tienda de la escuela, por lo que subastarían sus cosas. Los LP se subastaron con bastante frecuencia. El segundo LP que obtuve fue ‘Deep Purple in Rock’. Rasguñado en pedazos. Pagué 50 centavos de dólar australiano por ello. Y me encantó y escuché absolutamente hasta la muerte. Creo que podría haber volado el estereograma de mis padres con él».

Los surcos avanzan con canciones más concisas y directas dentro del relato de «In Rock» como «Bloodsucker», «Into the Fire» y «Living Wreck», con agresivos riffs de guitarra e intervenciones punzantes de Lord con su órgano Hammond. Después, «Flight of the Rat» nos muestra las sólidas secciones rítmicas del bajo de Glover y la batería de Paice. Y «Hard Lovin’ Man», la que cierra este «In Rock», ya es parte de la historia del heavy metal, con el primer riff galopante de guitarra, un recurso muy característico en posteriores grupos como Iron Maiden, Judas Priest o Kiss.

Sin embargo, lo que hace de «Deep Purple in Rock» un clásico indiscutido y referente del hard rock es «Child in Time», una épica de 10 minutos y 13 segundos de duración. Lord le da arranque adaptando la melodía de «Bombay Calling» de It’s a Beautiful Day, sumando una impecable y quizás una de las mejores intepretaciones vocales en la carrera de Ian Gillan, llegando a su marca registrada, un espectacular e insuperable falsete. La canción se sumerge en un largo in crescendo hasta estallar con un cortante riff y logrando su punto más alto con el impresionante solo de guitarra de Ritchie Blackmore, con claras influencias blues y de más de dos minutos de duración. Por supuesto, «Child In Time» se convirtió en uno de los grandes momentos de los sets de Deep Purple.

Las canciones de «Deep Purple in Rock» conforman una de las declaraciones más definitorias del heavy metal, y dieron como resultado las mayores ventas de la banda hasta ese momento. El LP se anotó con el número 4 en el Reino Unido, permaneciendo en el Top 10 durante meses; alcanzó el número 1 en Alemania y llegó al Top 10 en Europa, allanando el camino para una gira mundial que duró más de un año. El disco estableció el tono de Deep Purple en los años venideros. Durante la siguiente media década, se convirtieron en una de las bandas más exitosas del planeta en el estudio y en la ruta. A medio siglo de su salida, y aún antes de «Machine Head» de 1972, «Deep Purple In Rock» se encuentra entre los más imponentes y redefinidores discos del rock clásico.

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