A mediados y finales de los años 60, los Beatles pasaron de ser estrellas del pop con la cabeza cubierta de trapeador a ser místicos con chaqueta Nehru, una transformación que pudo haber comenzado el 28 de agosto de 1964, cuando Bob Dylan les presentó a los Fab Four el placer de fumar marijuana.
The Beatles Bible señala que el evento tuvo lugar en la suite de la banda en el Hotel Delmonico en Nueva York. Un montón de gente estaba allí, incluido el socio de los Beatles, Peter Brown, John Lennon, George Harrison y Paul McCartney.
Cuando Dylan, a quien todavía le faltaban un par de años para exhortar a todos a drogarse en «Rainy Day Women #12 & 35», llegó al hotel, pidió un poco de vino, que la banda envió al road manager Mal Evans a buscar. Mientras Evans estaba fuera, Dylan sugirió encender chispas. Como Harrison recordó más tarde, la banda había probado la marihuana unos años antes, pero no había causado mucha impresión; como él dijo, «Todo el mundo decía: ‘Esto no está haciendo nada’. Era como ese viejo chiste en el que hay una fiesta y dos hippies están flotando en el techo, y uno le dice al otro: ‘Esto no funciona, hombre'».
Claramente, Dylan estaba empacando cosas más potentes. Pero antes de que comenzara a rodar, el manager Brian Epstein reveló la falta de experiencia de la banda con la droga, lo que provocó una respuesta incrédula de Dylan, quien había escuchado mal la línea «No puedo esconderme» en «I Want to Hold Your Hand». «Yo llego alto.» Que es exactamente lo que procedieron a hacer las estrellas. Lennon recordó más tarde: «No recuerdo mucho de lo que hablamos. Fumábamos marihuana, bebíamos vino y, en general, éramos rock and roll y nos reíamos, ya sabes, y el surrealismo. Era hora de fiesta».
Pero McCartney tenía un registro más detallado de la noche, gracias a su insistencia en que Evans lo siguiera con lápiz y papel, anotando todo lo que decía. Creyendo que estaba «pensando por primera vez», dijo: «Había pasado por esta cosa de los niveles, durante la noche. Y en cada nivel me encontraba con todas estas personas de nuevo. ‘¡Ja, ja, ja! Eres tú !’ Y luego me metamorfoseaba a otro nivel».
Pero el avance de McCartney impulsado por las drogas no significó mucho en la mañana. «Mal me dio este pequeño trozo de papel por la mañana y estaba escrito: ‘¡Hay siete niveles!'», Recordó más tarde. «En realidad no estuvo mal. No está mal para un aficionado. Y nos enojamos de risa. Quiero decir, ‘¿Qué diablos es eso? ¿Qué diablos son los siete niveles?’ Pero mirando hacia atrás, en realidad es un comentario bastante sucinto. Se relaciona con muchas religiones importantes, pero yo no lo sabía en ese momento».