Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila.
Por estos días conversábamos del boom de los colegios Bicentenario, que contrasta con la realidad de los liceos emblemáticos, donde algunos, incluso, han optado por reducir su matrícula el próximo año para controlar los altos grados de violencia y mejorar sus resultados académicos, a solo dos semanas de que concluya el proceso de admisión 2023. Entre las demandas estudiantiles están el mejoramiento de infraestructura en los recintos, lo que ha dado como resultado altos niveles de inasistencia grave a las aulas de clase.
Comentamos el informe de Acción Educar sobre la mejoría de los colegios Bicentenario ¿Qué opina al respecto?
“No conozco el detalle, pero lo que sí le puedo decir es que siempre es complejo cuando se compara con los colegios. Es importante no basarse en la categorización de las instituciones. En primer lugar, nosotros valoramos la labor de los liceos Bicentenarios, incluso antes de que se establecieran como programas en el periodo de Piñera. Lo segundo es que se ha levantado cierta polémica porque si nosotros valoramos o no estos proyectos, pero nosotros apoyamos a todos los establecimientos del país”, señala Marco Antonio Ávila.
Puede ser odiosa la categorización, pero también se habla un poco de reticencia a reconocer esto por ser de otro gobierno. También acotó que el ministerio está tratando de realizar grandes cambios ¿Cuál es su diagnóstico?
“Eso hacen los líderes de cartera, proponer horizontes de largo aliento. No solo en Chile, la pandemia fue una cuestión decisiva. Unesco lanzó un estudio sobre qué respuesta darán los sistemas educativos. Cada uno de estos elementos están indicados en este cambio de paradigma. Todo pasa por cambios estructurales, si yo sigo haciendo presión y no sólo hacia afuera. Algunos emblemáticos solo entrenan la medición Simce”, indica el ministro de Educación.
Siempre en Educación se habla de largo plazo, pero estos liceos en corto plazo logran avances…
“Tienen resultados anteriores, pero la ley que integra la inclusión recién se promulgó en el gobierno de Bachelet. Lo otro es que no hay ningún tipo de definición política con respecto a esto. Se han mantenido las plataformas, las guías de apoyo, hemos realizado regulación de convenios, etc, pero la preocupación es ¿Qué hacemos en el mientras tanto?… Pero existe y no se reconoce. Programas de apoyo al bienestar y salud mental, intervenciones directas, también el trabajo con tutores, reparación de infraestructura. Estamos trabajando en el largo plazo y en el día a día con medidas de urgencia. Resulta injusto cuando se menciona que solo estamos preocupados por el largo plazo”, afirma Marco Antonio Ávila.
Citó proyectos de infraestructura, no le gusta que hablemos de los emblemáticos, pero tenemos que hablar de esto. ¿Cuántos son los emblemáticos que se tratarán de manera diferenciada?
“El estado no es sostenedor de estos establecimientos y cuando hablamos de los emblemáticos de Santiago específicamente. Con la ley de inclusión cambia el paradigma de la educación y ya no hay selección de estudiantes, entonces hay un gran desafío por trabajar con todos los estudiantes. Lo que hemos observado en distintos liceos emblemáticos es que originalmente eran monogenéticos. Lo otro es que el Instituto Nacional no ha logrado tener jornada escolar completa. Cuando hablamos de esto no es que la matrícula vaya a bajar por la violencia, va a bajar porque tiene que cambiar el paradigma”, asegura el ministro de Educación.
“Hoy todos los liceos y colegios del país tienen que incorporar nuevas miradas, yo me pregunto ¿emblemáticos de qué? Ellos tienen que ponerse este paradigma para el siglo XXI”, asevera Marco Antonio Ávila.
¿Usted es crítico con que tiene que cambiar el paradigma patriarcal de los colegios o una mirada más anticuada?
“Mi liceo era muy reconocido en la comuna de San Miguel, yo creo que en educación uno tiene que estar constantemente repensando. Los finlandeses se preguntaron cuando era un país con cero desarrollo. Esa son las grandes preguntas que uno debe hacerse, hay que hacerse preguntas por la educación siempre”, plantea el ministro de Educación.
“Estamos trabajando con el municipio para la condena permanente a los estudiantes. Aplicación de manual de convivencia y se han expulsado estudiantes ante actos violentos. Si son encontrados en la calle tiene que actuar el orden público, hasta que los estudiantes entiendan que esas no son vías de diálogo”, concluye Marco Antonio Ávila.