El pináculo de la tecnología, lo llaman. Las herramientas más afinadas, los cálculos más precisos, una pelea hasta la milésima y doce hombres preparados para iniciar una coreografía perfecta y cambiar cuatro ruedas en menos de tres segundos. Suena bonito y futurista hasta que un mecánico de Ferrari se percata de que falta un neumático para primer el ‘pit-stop’ de Sainz.
El madrileño peleaba por la victoria, o eso creía su Scuderia, y su parada se aceleró para inquietar a Verstappen en busca de un undercut. Pero nada más lejos de la realidad: el coche de Carlos se congeló durante 12,7 segundos porque alguien en el garaje no supo contar del uno al cuatro, y la segunda baza de los italianos quedó autoeliminada.
Verstappen en el primer lugar
Max Verstappen no necesita ayudas externas. Pero en este GP de los Países Bajos, Ferrari puso bastante de su parte (tampoco Leclerc tenía ritmo para inquietarle) para que los 100.000 aficionados holandeses se fueran a casa contentos. El resto lo puso el azar, por describirlo de alguna manera: dos coches de seguridad en el último tercio marraron la estrategia ganadora de Hamilton, que sí tenía opciones reales de victoria, y puso en bandeja la victoria a Súper Max en su casa por delante de Russell y Leclerc. La grada estalló con petardos y pirotecnia, aunque algunos fans estaban encendidos desde el jueves por la tarde. Un alto porcentaje de fans desayunaron cerveza este domingo. Verstappen hizo lo demás.
Desde el principio. Verstappen defendió agresivo la pole frente a Leclerc y Sainz les dejó ir para cuidar las gomas y optar a otra estrategia. Pero el cambio de neumáticos más terrorífico que se recuerda (aunque Mick tuvo uno parecido justo antes) descartó a Sainz. Pasarían después por el pit Max y Charles y se quedarían fuera los dos Mercedes en busca de una carrera a una parada que no era ninguna tontería. Volaban Hamilton y Russell, sus tiempos parciales no eran para nada inferiores a Red Bull (y sí muy superiores a Ferrari). Y así se plantó el siete veces campeón en un liderato correspondido, no virtual, antes de cambiar gomas en la vuelta 30 de 72 y montar la dura pensando en llegar hasta el final.
Estrategia ganadora de Mercedes
Max Verstappen se quedaba delante, pero debía hacer una segunda parada que le obligaría a remontar tras las dos flechas de plata. Pero… el Alpha Tauri de Tsunoda (equipo hermano de Red Bull) provocó un coche de seguridad virtual que le regaló la parada sin ceder la posición por una avería inexplicable. Eso eliminó de golpe la ventaja estratégica de Hamilton, que pararía igualmente.
Poco después, salió otro coche de seguridad cuando Bottas aparcó el Alfa Romeo en medio de la recta: entonces Red Bull paró a Verstappen con gomas blandas mientras Merdedes dejó fuera a Hamilton con medias. ¿A alguien le suena el escenario? Sí, Abu Dhabi 2021. La conclusión fue idéntica: el neerlandés se ventiló al piloto más laureado de la parrilla en plena recta de meta con una superioridad mecánica insultante. Poco después le pasarían Russell y también Leclerc para completar el podio. Tras ellos, Pérez y un brillante Alonso, consigna As.com.
El asturiano remontó desde el 13º en parrilla y adelantó en un circuito que apenas ofrece oportunidades. Pasó a los Alpha Tauri en la pista, se ventiló a Ocon por ritmo con una muy buena estrategia por parte de su garaje y pudo finalmente con Norris. Luego también tuvo un golpe de fortuna: el último cambio de ruedas de Sainz se saldó con ‘unsafe release’ y penalización de cinco segundos, así que Carlos perdió su quinto en la pista y quedó relevado hasta la octava posición.
Domingo para olvidar por culpa de dos maniobras de tercera regional en la cima del automovilismo. Ferrari demostró una vez más que no está en condiciones de luchar por los títulos. Mercedes evidenció que sí, que ya han llegado, que pueden ganar carreras antes de que acabe la temporada. Pero Verstappen tumbó a Hamilton, otra vez, y su tiranía se antoja inquebrantable ahora mismo.