Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con el gerente general de la Fundación San Carlos de Maipo, Marcelo Sánchez.
Impacto generaron las imágenes del funeral de un adolescente dedicado al narcotráfico, donde se exhibían armas y drogas en Alto Hospicio. En imágenes compartidas a través de Instagram se puede ver el féretro del menor con la tapa abierta rodeado de una pistola y droga tussy, la que los propios jóvenes consumen sobre el ataúd. Situación que se suma al incremento de la participación de menores de edad en delitos de gran violencia, como las encerronas, que sólo este fin de semana provocaron la muerte de 3 conductores en diversos puntos del país.
Hablamos siempre del diagnóstico, pero pareciera que no se avanza en acotar este fenómeno…
“Lo primero es que hay que contextualizar el recrudecimiento de la violencia a raíz de las disputas del narcotráfico que ha ido mutando. Hoy tenemos operando carteles internacionales y hemos visto que las rutas de estos narcos han cambiado. En la ruta colombiana está llegando la marihuana cripy, además de una importación de armas que vienen desde México. Hoy son armas importadas que están disponibles para jóvenes de muy baja preparación. Las bandas territoriales están buscando a los niños, captan a la comunidad y trasladan el costo de la imputación legal a los niños. Ponen un fierro en sus manos y drogas. Hay una categoría distinta de niños, ahora está el zombi, el cual lo usan para cometer delitos y le pagan en drogas”, señala Marcelo Sánchez.
¿Qué categorías hay de niños adolescentes?
“Esto es una carrera criminal, se parte con el Sapo. Es quien hace control del territorio, se reclutaba a adultos mayores y ahora a niños que se mueven en bicicleta. Avisar es función, ahora cuando se les entrega un arma y la pueden manipular se vuelven Soldados de las organizaciones, después vienen los Guardaespaldas, soldados con más profesionalización y protegen al narco o familiares de este”, indica el gerente general de la Fundación San Carlos de Maipo.
“Ahora los Zombis son los que trasladan mercadería de un lugar a otro o participan de los delitos en la matriz del narcotráfico. Como asaltos, venta de vehículos, encerronas. Muchos jóvenes participan sin saber que están involucrados en una matriz mucho más grande. Esta es la lógica que utilizan hoy día, involucran a los niños en una estrategia”, afirma Marcelo Sánchez
Desde esta perspectiva tengo la impresión que esta matriz de delito no se expresa con tanta violencia en las calles…
“Aquí hay varios elementos, tenemos que mejorar la persecución penal y dar más herramientas investigativas para que permitan imputar a estos delitos. Lo que disuade a la delincuencia es tener la certeza de que van a ser formalizados. Lo otro es que los narcotraficantes van a ir donde hayan barrios con alta exclusión social, nosotros hemos estado en territorios narcos donde no entra el transantiago”, asegura el gerente general de la Fundación San Carlos de Maipo.
“Y qué pasa con las personas que ven esto, ven al narco como la mano de ayuda. Finalmente se crea una ilusión de protección, después pasa a una fase de disputa territorial y florece la violencia. Hay que trabajar inversamente, con inclusión social y cohesión social. La mayor tasa de exclusión social se da en 8vo básico a primero medio. 2 de cada 3 niños desiste de trayectorias delictivas si regresa al colegio. Nosotros necesitamos tener una oferta con evidencia a nivel local. Cuando el niño empieza a faltar a clases hay que llegar antes y para eso se necesita tener oficinas locales con modelos preventivos y calidad oportuna, para dejar de llegar tarde”, asevera Marcelo Sánchez.
Esa imagen del ataúd con tussi y niños… El crimen organizado se alimenta de estos niños y niñas
“Esa es la imagen del abandono, del padre que no está, ni el estado que tampoco está. Los que están son los narcos que están sustituyendo a estas figuras. Vidas desechables para que en días de mañana tengan en sus manos un arma”, concluye el gerente general de la Fundación San Carlos de Maipo,