Por Jorge Lagás, enviado especial de Futuro a Rock In Rio
Este viernes 2 de septiembre comenzó la edición 2022 de Rock In Rio, el primero tras el paréntesis de tres años al que obligó la pandemia. Por eso esta versión ha tenido un carácter de especial emoción, al marcar el regreso y el reencuentro con uno de los festivales más grandes y llenos de historia en el mundo. Y aunque en la actualidad es un evento que cruza todos los estilos, el arranque fue reconéctandose con sus orígenes, con el heavy metal y el hard rock, tal como en la mítica primera versión de 1985.
De hecho el número principal de la inauguración fue el mismo que la rompió el ‘85, Iron Maiden. Treinta y siete años después, la banda sigue estando en la cima, quizá más que nunca, y llevaron su renovada gira al escenario principal del multitudinario evento que reúne a más de 100 mil personas por día en el Parque Olímpico, conocido por estos días como Ciudad del Rock.
Junto a ellos, otros nombres rutilantes en la escena del metal mundial: Dream Theater, la banda que ha definido el metal progresivo de las últimas décadas; Gojira, los nuevos héroes del metal actual; Sepultura, jugando de local en un crossover con la Orquesta Sinfónica Brasileira; Living Colour con Steve Vai, una alianza inédita; Metal Allegiance, el divertimento de Mike Portnoy y sus amigos; y más créditos locales, como los clásicos Ratos de Porao y la cara más actual del metal brasileño, Crypta, integrado sólo por mujeres y dándolo todo en su estilo extremo.
Rock in Rio para el mundo
La energía en la Ciudad del Rock era de emoción, de la satisfacción de que un virus no podía ganarle a lo que significa unirse a través de la música. Gente de distintas nacionalidades llegó al lugar, entre ellos varios chilenos, reconocibles por sus banderas y por nuestra idiosincrasia inconfundible… en el buen sentido de la palabra. Las puertas se abrieron a las 14:00 hrs, si bien los shows musicales partían un poco después, el recinto es un verdadero parque de diversiones donde se puede hacer de todo, así que entretención no falta durante el día. El presidente de Rock in Rio, Roberto Medina, abrió personalmente las puertas y recibió a las primeras personas.
Y bueno, a lo que vinimos: el Día del Metal en pleno. Después de los primeros shows, el primer reventón en el escenario principal lo protagonizó Sepultura, el gran crédito local, en un espectáculo junto a la Orquesta Sinfónica Brasileira, combinando sus clásicos como “Roots bloody roots” y “Refuse/Resist” con piezas de Beethoven y Vivaldi, un experimento interesante que muestra que para Sepultura no existen fronteras que no se puedan cruzar.
Poco antes, había hecho de las suyas Metal Allegiance, proyecto de Mike Portnoy, el ex baterista de Dream Theater que hace poco estuvo tocando en Chile con Sons Of Apollo. Se trajo a sus amigos como John Bush (ex vocalista de Anthrax, hoy en Armored Saint), Chuck Billy (vocalista de Testament) y Alex Skolnick (guitarrista de Testament) para tocar canciones originales y covers. Una fiesta a plena luz del día.
La previa a Iron Maiden en Palco Mundo
El cartel avanzó mientras se iba la tarde y comenzaba la noche: en el segundo de los escenarios grandes, los sequísimos Living Colour estrenaban su fusión con Steve Vai, protagonizando un “duelo” de proporciones con Vernon Reid, el fantástico guitarrista de la banda. Soñado para los amantes de las cuerdas. De vuelta en el escenario más grande, los franceses Gojira mostraban por qué la están llevando en el metal contemporáneo.
Un set fuera de serie, centrado en su último disco “Fortitude” y marcado por el activismo ambiental y su apoyo a la causa indígena. Tuvieron momentos claves como invitar al escenario a representantes de pueblos nativos para tocar “Amazonia”, dedicada a la destrucción de la selva. En el otro de los escenarios grandes, el metalcore de Bullet For My Valentine encendía los ánimos y mostraba el tremendo arrastre del grupo de Gales, sobre todo entre las nuevas generaciones.
La doncella de hierro en vivo
Luego fue el turno de lo más esperado del día, lo que hizo que todo el Parque Olímpico se tiñera de poleras negras y la imagen de Eddie, y que muchos chilenos viajaran todos estos kilómetros para no perderse el show que en esta oportunidad no alcanzó a pasar por nuestro país. Iron Maiden ofreció el renovado show de su gira Legacy Of The Beast, que todavía se llama así, como cuando estuvo en Chile en 2019, pero ahora se renueva con su último disco “Senjutsu”, inspirado en la cultura japonesa. Y así se nota en la escenografía, armada con pagodas y otros elementos del país del sol naciente.
De hecho abrieron con tres canciones del disco nuevo: “Senjutsu”, “Stratego” y “The writing on the wall”, casi poniendo a prueba la fidelidad del público, porque lo habitual es que una banda arranque con éxitos infalibles para prender desde el inicio. Jugársela con tres canciones nuevas para partir no es fácil, pero son lujos que una institución gigante como Iron Maiden se puede dar.
Hubo algunos problemas de falta de potencia en el sonido, que generó varios gritos y disconformidad desde sectores del público. Es exigente el público brasileño y si algo no les gusta lo hacen sentir, así que se escuchó fuerte el “Aumenta o som!” (“Suban el sonido”) durante varios pasajes. Pero se fue subsanando a medida que avanzaban las canciones, con un Bruce Dickinson en gran forma, dueño absoluto del escenario, manejando todos los distintos momentos y dedicando palabras a lo que significa para ellos presentarse en un lugar donde han hecho historia, como Rock In Rio. El resto del grupo, impecable como siempre.
Clásicos y «Senjutsu»
Los clásicos aparecieron a partir de la cuarta canción, “Revelations”, y más adelante vinieron los momentos más épicos con títulos como “Blood brothers”, “Flight of Icarus”, “Fear of the dark” o “Hallowed be thy name”. Y hubo espacio para canciones de la era de Blaze Bayley, como una espectacular versión de “Sign of the cross” con mucha teatralidad y fuego en el escenario, además de Bruce Dickinson envuelto en una capa, generando una atmósfera especial para una de las canciones más oscuras del catálogo de la banda.
También tocaron “The clansman”, como parte de los encores, donde además arremetieron con “The trooper”, “Run to the hills” y “Aces high”. Curiosamente, “Aces high” era la que abría los shows que hicieron en Chile en 2019, ahora fue al final, prácticamente dieron vuelta todo el set para ofrecer una experiencia completamente nueva. Esperamos verla pronto en Chile, ojalá en 2023.
Dream Theater, otro protagonista
Pero las emociones no terminaban ahí, el cierre del primer día estuvo a cargo de Dream Theater, luciendo la maestría y solidez que uno espera de un grupo de ese calibre, en esta gira centrada en su último disco “A view from the top of the world”, con nuevos éxitos como “The Alien”, pero también regalando clásicos como “6:00” y “Pull me under”. El vocalista James LaBrie se vio en gran forma, al igual que el resto. Un show de grandes proporciones para los amantes del género y que se podrá ver en Chile el 10 de septiembre en la Quinta Vergara de Viña del Mar.
Culminó así la primera jornada de Rock In Rio 2022, el Día del Metal. En las siguientes fechas el carácter del evento varía hacia lo más pop, con nombres como Post Malone y Justin Bieber, y la próxima semana vuelve a sonar fuerte el rock con invitados como Guns n’ Roses y Green Day.
Lo dijo el presidente de Rock In Rio, Roberto Medina, tras encabezar la inauguración: “Esta es la edición más emocionante de nuestra historia, un punto de inflexión, un momento de creer que el mundo puede ser mejor. La apertura de las puertas hoy fue una verdadera catarsis colectiva, toda la emoción de estar de vuelta». Damos fe de eso.