El megaproductor de rock y metal Bob Rock sabría un par de cosas sobre la era de los 90 de Metallica. Él es, después de todo, el hombre que reclutaron para ayudarlos a desarrollar su sonido en la marca de heavy metal amigable con el estadio que los convertiría en la banda más grande en toda la historia del género.
Después de explotar a niveles sin precedentes con la obra homónima de 1991 (también conocido como el «álbum negro») y su ciclo de gira resultante, la banda se reunió con Bob Rock para dos discos divisivos que definirían la segunda mitad de esa década para ellos. «Load», lanzado en 1996, y su sucesor «Reload», lanzado en 1997, vieron a los cuatro jinetes del Apocalipsis diversificarse más que nunca. Con muchos fanáticos deleitados con melancólicas epopeyas como «Bleeding Me» y «The Outlow Torn». Y otros horrorizados por sus incursiones con country, rock alternativo y grunge.
En una nueva entrevista con Metal Hammer, Bob Rock revela sus pensamientos sobre la era Load and Reload, y cree firmemente que mostraron una banda sin miedo a esforzarse al máximo.
«Una de las cosas más admirables de la banda es que realmente no piensan en términos de las reacciones de la gente», explica. «Simplemente hacen lo que sienten que es correcto para ellos. No toman en cuenta lo que la gente piensa. Cuando van en una dirección y se comprometen a hacer algo, simplemente lo hacen. Y no se detienen».
Rock señala que tras el inmenso éxito del «álbum negro» que ha vendido más de 16 millones de copias solo en los EE. UU. en este momento, Metallica «sintió una cierta cantidad de ganas de estirarse».
«Creo que simplemente vieron que la cultura estaba cambiando», agrega. «Y las reglas del metal son muy limitadas. El sonido de la batería tiene que ser de cierta manera, no puedes hacer armonías. Quiero decir, eso no es divertido».
Curiosamente, a pesar de la famosa inclinación de Metallica por abrir su propio camino, Rock insiste en que la banda nunca tuvo intenciones iniciales de expandirse tanto como lo hicieron en «Load» y «Reload».
«No hubo una decisión conceptual de que irían a un lugar diferente», dice el productor, aunque admite que el hecho de que la banda trabajara en la misma habitación durante las sesiones de escritura del álbum tuvo un impacto profundo en el proceso creativo.
«Los liberó de concentrarse en lo que los hizo ser quienes son. Se dieron cuenta de que podían ampliar los límites y eso era ‘Load’ y ‘Reload'».