De los incendios en la zona alta de Viña del Mar que dejaron en evidencia serios problemas de planificación territorial en la materia de gestión de riesgo de desastres, conversamos en Palabras Sacan Palabras con el arquitecto, magíster en planificación urbana y académico de la Universidad Técnica Federico Santa María, Jorge León.
Un hito que se va repitiendo… Se han hecho recurrentes estos incendios y volvemos a la planificación, lugares donde no se puede construir… ¿Qué reflexión le dejó lo que pasó? ¿Qué podemos sacar en limpio?
«En primer lugar es comprobar de manera triste el poder lidiar con un fenómeno que se ha producido. Son patrones que llevan décadas y que se han incrementado y es triste saber que esto va a ocurrir».
Estas haciendo unas simulaciones… Háblanos de qué manera podemos hacer cambios…
«Es un poco técnico el tema, una gestión de riesgo a largo plazo hay que enfocarse en la planificación del territorio y tratar de evaluar una respuesta de las personas ante una emergencia. En este tipo de desastres tenemos pocos casos de estudios por eso montamos estas simulaciones para ver cómo se comportan las personas. Se puede aplicar para incendios, tsunamis, es un poco el matiz que tienen estas investigaciones».
Parece que no aprendemos… lo que tiene que ver con propietarios que dejan estos predios y que quizás uno podría obligar a los dueños a hacer algo en estos terrenos… No se si lo has visto pero que pasa que dejan eucaliptos y cierta especies ¿Qué pasa con esos terrenos?
«Son terrenos ociosos. Lo que se quemó en Viña es un bosque nativo con especies que están plantadas hace un siglo y hoy están en desuso. Hay varias responsabilidades que tienen que ver con cómo uno se hace cargo y cómo podemos dar estímulos para que esos terrenos se mantengan despejados. Son predios que no tienen incentivos para despojarlos, hay tala de árboles, hay un circuito económico local en medio de estos predios».
Esta idea que al ser terrenos que han estado votados, se instalan poblaciones, ya entró a la ciudad de uso… Se dice que hay incendios que se provocan para sacar a la gente y que el terreno se vuelva urbano… ¿Hay algo de eso?
«Si vamos al origen, tenemos un déficit de vivienda muy alto. Una de las aristas es la proliferación de campamentos, Valparaíso es donde más hay. Ahí hay una presión por tener terrenos donde vivir, si eso se cruza con terreno ocioso es una mala combinación. Es riesgoso por las zonas, no solo por los incendios. Lo que es llamativo es que muchos de esos terneros están tipificados como zonas de viviendas, no son rurales. La pregunta es qué se hace con las personas que están ahí. Si uno consolida esos lugares en el largo plazo se duplica el riesgo y veremos lo del jueves pasado. Esos territorios no deberían ser usados ni para usos formales ni informales. Estamos exponiendo a las personas a una fuente de amenazas que provocará problemas».
Uno dice si le saca toda la vegetación y lo urbaniza… Baja el riesgo ¿O no?
«Nunca habrá un control total de la quebrada, en el mediano o largo plazo se volverá a usar por el bosque nativo. Siempre habrá una fuente de naturaleza, si se acerca mucho la actividad humana terminará probando esta problemática de incendios. Por la tipografía tenemos esta mezcla de naturaleza. Lo que hay que manejar es esta interfaz entre esta cuña de ruralidad y las personas».
La forma en la que avanzó el fuego… Casi llego a la Quinta Vergara…
«Es complejo, hubiera sido difícil. El fuego es difícil de anticipar, construir escenarios de posible propagación de incendios es muy difícil. Cuando llega a la Quinta Vergara se interrumpe pero el fuego estuvo a puertas de llegar a la ciudad» cerró diciendo en entrevista con La Radio del Rock, el arquitecto Jorge León.