Esta mañana la parlamentaria Emilia Schneider sostuvo un difícil encuentro con el autodenomidado líder religioso «pastor Soto». En ocasiones anteriores Soto ha arremetido contra la diputada con citas bíblicas aludiendo a su identidad de género. Pero esta mañana la congresista decidió encararlo directamente.
«Aquí Dios le demanda y llama a pedir perdón por su perversión y por su inmundicia», expresó Soto. A pesar de la presencia de un carabinero, en el vídeo publicado por el mismo «equipo» de Soto, se muestra que el pastor no tuvo problemas para atacar a la diputada refiriéndose a ella como «señor Schneider», mientras la parlamentaria ingresa al Congreso.
Declaraciones de la diputada
En su cuenta de Twitter comentó sobre lo ocurrido esta mañana. «Qué linda es la tolerencia y el respeto de la ultra derecha conservadora, muy similar a escuchar a los Republicanos en el Congreso».
No es la primera situación en la que la diputada Emilia Schneider ha debido enfrentar discriminaciones e insultos por parte de quienes públicamente sostienen discursos de odio contra personas trans. En ese sentido, la congresista ha sido el foco de más de un intento por parte del «pastor Soto» para dañar su imagen pública.
Hoy el pastor Soto me recibió con algunos insultos, gritos y un poquito de transfobia. Qué linda es la tolerancia y el respeto de la ultra derecha conservadora, muy similar a escuchar a los Republicanos en el Congreso. Buenos días!
— Emilia Schneider (@emischneiderv) October 5, 2022
De esta forma, la diputada aludió a situaciones de violencia que incluso ha vivido dentro del congreso. Refiriéndose al episodio del octubre pasado cuando el diputado Gonzalo de la Carrera, en ese momento miembro del partido Republicano, la increpó de «mentirosa, porque no puede exigir su derecho a abortar».
Luego de aquel episodio, la ahora integrante de Convergencia Social, en entrevista con Radio Futuro explicó que manifestaciones públicas como la del diputado, o la del «pastor Soto» en esta ocasión, son estrategias repetidas de la ultraderecha. «No hay que inflar estas polémicas, pero también hay que dibujar los límites de lo que es aceptable», dijo Schneider.